NUEVAS OBRAS DE RAMÓN CUENCA SANTO PARA JEREZ DE LA FRONTERA

Antonio Jaén Sánchez. Con información de Luis Prieto Sánchez e Isabel Núñez Díaz (16/02/2023)


 

 
 

Grupo escultórico para la Trinitaria Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, María Santísima de la Trinidad, San Juan Evangelista, Santa Rafaela María y San Antonio Abad. Representa el momento en que María y el apóstol Juan llegan al monte Calvario, donde Jesús espera sentado sobre una roca para ser crucificado. Al verlo, su madre se lleva la mano al corazón recordando la profecía de Simeón ("Una espada de dolor te traspasará el alma"). El evangelista señala al Maestro mientras sostiene la mano casi desvanecida de la Virgen. Este conjunto procesionará en un futuro bajo palio por las calles jerezanas.

Ambas figuras han sido talladas por el escultor e imaginero alicantino Ramón Cuenca Santo en madera de cedro para vestir, siendo la dolorosa de candelero y el santo de cuerpo completo. En sus policromías al óleo ha intervenido el artista y restaurador murciano Santiago Rodríguez López siguiendo los procedimientos tradicionales de la imaginería española. La dolorosa posee la tez nacarada y el pelo rubio, tallado y recogido en un moño. Los postizos completan las esculturas: ojos pintados artesanalmente, lágrimas de cristal fundido y pestañas superiores de pelo natural.

La presentación y bendición de este grupo para la Semana Santa de Jerez de la Frontera supuso la culminación de los actos celebrados con motivo del 400 aniversario de la hechura de la imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia (Francisco de Villegas, 1622). En el acto se le impuso a la dolorosa una pieza trinitaria de joyería ejecutada por la firma jerezana El Oribe, de la que hablaremos a continuación del reportaje gráfico, que ha sido realizado por Antonio Jaén Sánchez, fotógrafo de Arcos de la Frontera (Cádiz).

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

 
 

Esta medalla inmaculista o "concepción" le fue ofrendada a la Virgen de la Trinidad por los niños Nicolás y Ginés Prieto Núñez a raíz de su bendición. Se trata de una medalla de inspiración renacentista, en plata de ley chapada en oro con esmaltes y perlas. Representa una imagen central de María en su Inmaculada Concepción, entre flamas y sobre luna, circundada por una orla de puntas. En la trasera, destaca la cruz trinitaria sobre el triángulo de la Santísima Trinidad, alusivo a la advocación de la imagen mariana.

El modelo pretende seguir el mismo esquema que encontramos en joyas de la época más esplendorosa del Imperio Español. Son frecuentes los dibujos de este tipo de preciosas medallas en los exámenes de los plateros, y también en el libro de las joyas de la Virgen de Guadalupe. Además, existen varios ejemplares en los tesoros marianos de la Virgen de Gracia (Carmona, Sevilla), de la Virgen del Pino (Teror, Las Palmas, Islas Canarias) o de la Virgen del Rosario (Antequera, Málaga), así como en diferentes museos.

 

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