Se trata del sagrario o tabernáculo cincelado en plata para la nueva Capilla Sacramental de la Ermita de Nuestra Señora del Rocío, que incluye dos grandes pinturas murales (300 x 475 cm) del pintor sevillano José Antonio García Ruiz que representan sendas alegorías del Pentecostés y la Eucaristía, así como nueva reja forjada por los almonteños José Antonio Faraco y Jesús Acosta, y lo que es más importante, la recuperación parcial (siendo las esculturas, columnas, embocadura del camarín y altorrelieve del ático los principales elementos rescatados), por parte del taller del escultor e imaginero sevillano José Antonio Navarro Arteaga, del antiguo retablo mayor, obra de estilo rocalla realizada en torno al año 1765, erróneamente atribuida al artista portugués Cayetano de Acosta.