CRISTO DE LA PÚRPURA. RECUPERACIÓN DE UNA ADVOCACIÓN PERDIDA
03/12/2016
La hermandad hispalense de las Cigarreras inauguró ayer viernes 2 de diciembre, a las 20:30 horas, en el Salón del Apeadero del Ayuntamiento de Sevilla (acceso por Plaza de San Francisco), la exposición Cristo de la Púrpura. Recuperación de una advocación perdida.
En dicha muestra, del 3 al 7 de diciembre de 2016, se podrá contemplar en la Sala Capitular Baja de la Casa Consistorial la nueva imagen realizada para dicha corporación de penitencia por el escultor sevillano José Antonio Navarro Arteaga. La muestra documenta la presencia de la primitiva imagen en la hermandad de las Cigarreras hasta su desaparición (hacia 1650-1904), incluyendo el paso y las túnicas que poseía; así como las fuentes literarias e iconográficas de la misma (ver enlace), planteando una hipótesis que vincula el
desaparecido Cristo de la Púrpura de la hermandad a la
representación del célebre pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo, realizada probablemente en la década de
1660. El simulacro de Navarro Arteaga en madera policromada, eje del evento, recoge semiarrodillado y ligeramente cabizbajo una clámide de terciopelo, con el rostro lloroso y agotado por la flagelación y su mano derecha apoyada en el fragmento de columna al que ha sido atado con cíngulo de plata. Cubre su desnudez con un lienzo tallado en aristados pliegues. El cabello, encrespado, largo y partido al medio, da paso a un rostro alargado, conmovedor y de marcados rasgos hebreos. La presencia del escarabajo alude a la Resurrección por herencia del Antiguo Egipto, ya que desde tiempos de los faraones se consideraba un símbolo de vida eterna. Los horarios de la muestra son los siguientes: de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas (el 7 de diciembre, hasta las 19:00 horas). |
Fotografías de Juan Antonio García Delgado
En 1664 se encargaron los trabajos de construcción del segundo paso de la primitiva imagen del Cristo de la Púrpura al escultor Pedro de Borja y al ensamblador Pedro Camacho, quienes debían reproducir un boceto a dibujo entregado por la hermandad. Pedro de Borja no pudo terminar el trabajo y en 1666 el famoso escultor Pedro Roldán lo concluyó labrando ocho ángeles, en dos juegos de cuatro, en sendos tamaños y cuatro cabezas de querubines para las cuatro tarjas principales del paso y otras cuatro tarjas con historias. Entre los años 1772 y 1773 todo el conjunto fue objeto de una profunda reforma. Del mismo solo se conservan cuatro de los ángeles de Roldán, los cuales se exponen en Cristo de la Púrpura. Recuperación de una advocación perdida, ya que no se conoce el destino final del antiguo Cristo de la Púrpura.
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