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La talla de la iglesia gaditana de San Agustín (I)

La imagen de Nuestra Señora de la Consolación se encuentra en el retablo del tercer tramo de la nave del Evangelio. Este retablo difiere mucho de su proyecto original, ya que además de haber quedado inconcluso sufrió una reciente reforma. Su hornacina estuvo presidida originalmente por la imagen de candelero de Santo Tomás de Villanueva, siendo sustituida por la imagen que estudiamos (3).

Durante todas las vicisitudes que ha pasado el convento -desde las provocadas por la desamortización hasta las sufridas como consecuencia de una particular interpretación del Concilio Vaticano II, pasando por algunas decisiones arbitrarias- han desaparecido imágenes del culto y se han cambiado otras de sitio. Así, el titular del retablo que nos atañe, Santo Tomás de Villanueva, se retiró del culto en fecha no determinada sin conocerse la causa. Por otra parte, la talla que ahora preside el retablo es muy pequeña para la hornacina, teniendo que elevarse sobre un pedestal que no le pertenece, delante del cual hay un pequeño cartelito que indica la advocación de la Virgen. Nuestra Señora de la Consolación es una talla policromada del siglo XVIII y de escuela genovesa (4).

Representa a la Virgen sedente sobre un trono de nubes entre las que aparecen cinco querubines, sosteniendo al Niño con su brazo izquierdo. El brazo derecho lo tiene adelantado y flexionado, y la mano une los dedos índice y medio al pulgar. El Niño mantiene los dos brazos abiertos y algo flexionados.

Es evidente que se le ha añadido a la talla una correa negra, con un extremo introducido por el espacio que deja la unión de los dedos de la mano derecha de la Virgen y el otro extremo colocado forzadamente en la muñeca del brazo izquierdo del Niño. Esto induce a pensar que esta imagen no fuera en sus orígenes una Virgen de la Consolación. Así lo atestigua el investigador Ángel Mozo Polo en un artículo que escribió sobre esta iglesia:

Desapareció la imponente escultura, de vestir, de Santo Tomás de Villanueva, que, de pie, solemne, mitrado y algo fantasmal ocupaba la hornacina que hoy preside una Virgen de la Consolación o de la Correa, que, en mis tiempos, fue del Rosario. Deliciosa escultura de mediano tamaño, italiana, que siempre yo la vi sobre una repisa al lado del altar de Santa Mónica, que, tal vez, por ser la madre de San Agustín ha sido respetada y sigue ocupando el mismo sitio de siempre. (5)

Este esclarecedor párrafo nos indica que, además de cambiar de lugar, cambió de advocación siendo una Virgen del Rosario que ha sido transformada, añadiéndole la correa, en Nuestra Señora de la Consolación. Por otra parte, los inventarios que se conservan en el Archivo Histórico Diocesano de Cádiz nos ofrecen algunos datos de interés. En los correspondientes a 1879 y 1887 encontramos los siguientes datos:

Capilla del Venerable Orden Tercero El altar está dedicado a Ntra. Sra. de Consolación, o Correa que se venera en una pequeña imagen, en una urna de cristal, por no existir la primitiva que se vendió por el Gobierno. (6)

Además de verificar la existencia en el templo de una capilla de la Venerable Orden Tercera, conocemos que hubo una imagen de Nuestra Señora de la Consolación que se perdería probablemente en la desamortización, siendo vendida con los bienes incautados. En 1887, fecha del segundo inventario, se copian los mismos datos del anterior.

El siguiente inventario data de 1900. Ya no encontramos en él ninguna referencia a Nuestra Señora de la Consolación. Sí encontramos una curiosa información sobre una Virgen de pequeño tamaño. En la nave del Evangelio, entre los retablos que presiden actualmente la Sagrada Familia y el Corazón de Jesús, existía una repisa con una urna de cristal y dentro una Virgen del Carmen, de talla. (7)

El último inventario consultado está fechado el 1 de julio de 1915. Sólo encontramos una variación sobre la talla de la Virgen del Carmen citada anteriormente, situándola con su repisa y urna de cristal en esta ocasión entre el retablo que preside actualmente el Corazón de Jesús y el que era de Santo Tomás de Villanueva, que en esa fecha todavía presidía su retablo. (8)