Se trata de la imagen de san Antonio Abad, más conocido como san Antón, patrón de los animales, que se encuentra en la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios de Zahínos (Badajoz). La talla es de madera policromada y de tamaño inferior al natural. Está colocada en un bello retablo barroco decorado con estípites y dentro de una hornacina rematada con arcos lobulados, que al parecer procede de un desamortizado convento francisano que existió a las afueras de la localidad.

No hemos encontrado información sobre la talla ni en los libros antiguos de la parroquia, ni en los protocolos notariales, ya que estos son muy posteriores. Esperamos que cuando se restaure, se pueda encontrar un documento en su interior que despeje las dudas. Sin embargo, don Antonio Torrejón Díaz, historiador experto en la obra de Montes de Oca, afirma que se trata de una obra indudable del escultor sevillano.

Con su postura curvilínea y elegante, deja ver su hábito marrón oscuro decorado con ricos estofados de motivos florales. Sobre su cabeza un diadema decorada con rocallas. Su rostro, algo repintado, es de rasgos montañesinos tan habituales en sus figuras masculinas. La mirada se dirige hacia abajo y hacia la izquierda. Su barba poblada y boca entreabierta dejan ver su dentadura superior.

Sus manos, que recuerdan al san José de la parroquia sevillana de San Isidoro, presentan su habitual unión de los dedos anular y corazón. Sobre la izquierda sujeta los Evangelios y en la derecha porta un báculo. Como es habitual en la iconografía de san Antón, lleva a sus pies un gracioso cerdito, en este caso negro, tan habitual en estas tierras rodeadas de encinares.

Concebida para retablo, ya que no tiene prácticamente peana, le han sido taladrados varios orificios para ser procesionada, lo que ha ocasionado la pérdida de un dedo del pie derecho y grietas que parten del pie izquierdo hacia el hábito, donde tiene repintes de purpurina, zonas apolilladas y levantamientos de policromía.

Otra interesante talla de Montes de Oca, es el Señor Amarrado a la Columna que se encuentra en la ermita del Cristo de la Expiración en la cercana localidad de Villanueva del Fresno.

Según datos de la parroquia, fue adquirida en Sevilla, en el año 1718. Sabemos que en la visita que hizo el obispo de Badajoz a Villanueva del Fresno, en 1731, mandó hacer una imagen de la Virgen de la Soledad a un imaginero pacense, para que fuese colocada frente al altar de Jesús Nazareno. Todo ello demuestra que en esa fecha ya existía la escultura del Nazareno, quizás encargada por un personaje noble de la localidad buscando un imaginero de gran calidad, y que debido a sus comienzos fuera más económico.

Concebida originalmente como Jesús Nazareno con la cruz a cuestas, lamentablemente a principios del siglo XX fue trasformada en un simulacro de Cristo Atado a la Columna, con el fin de ser sustituida por otra talla de Nazareno de escaso valor artístico. Todavía se pueden ver las articulaciones de los codos, la de los hombros fueron torpemente tapadas y conserva en la parte delantera el orificio del tornillo de la cruz.

Como la talla de san Antón, presenta los ya comentados rasgos de Juan Martínez Montañés y Juan de Mesa, además del largo mechón izquierdo. La postura corresponde a la de un Jesús Nazareno caminando, dejando atrás el pie derecho. Al llevar solamente un paño de pureza, nos muestra su cuidada anatomía y sus manos presentan la tradicional unión de los dedos anular y corazón.