BRASILIA. 50 AÑOS

04/09/2010


 

 

La influencia de las corrientes arquitectónicas europeas de vanguardia se hizo también patente en Latinoamérica. El viaje de Le Corbusier a Brasil, realizado en el año 1937, y la exposición de sus ideas para la planificación del Ministerio de Educación y Ciencia en Río de Janeiro, despertaron un vivo interés. Junto a la aportación teórica lecorbuseriana, desarrollada principalmente por Lucio Costa y Oscar Niemeyer, aparecen algunas tentativas en los nuevos postulados del Movimiento Moderno que pueden considerarse como antecedentes de la arquitectura moderna, desarrollada sobre todo en Brasil, y también en Argentina y las restantes repúblicas latinoamericanas.

En 1960, la capital de Brasil fue transferida desde Río de Janeiro a Brasilia. La nueva ciudad nacería en un espacio virgen, y su plan fue ideado y presentado por Lucio Costa, quien presuponía que la aplicación de un plan racional que explicitara todos los aspectos de la ciudad contemporánea -inspirándose en el plan de Le Corbusier para una ciudad de tres millones de habitantes-, sería capaz de resolver los conflictos y contradicciones de una ciudad actual. Según algunos historiadores, como Kenneth Frampton, Brasilia, que este año cumple el Cincuenta Aniversario de su inauguración como nueva capital -su construcción comenzó en 1956-, llevó a un punto crítico el desarrollo de la arquitectura brasileña y provocó a la vez una reacción global contra los preceptos del Movimiento Moderno.

 

 

En las obras de Niemeyer encontramos tanto la aplicación de los nuevos criterios racionalistas como una concepción del plano libre mucho más fluida y en la que integra parte del paisaje, en un camino de interpretación de las escenas y las vegetaciones amazónicas. Una de sus principales obras maestras fue el Casino de Pampulha (Brasil), del año 1942, en el que la nueva tecnología le permitió desarrollar todo un intrincado juego de accesos y recorridos en el interior del edificio que daban una mayor flexibilidad y transparencia al conjunto.

Los mismos alardes de entronques dinámicos entre elementos sustentantes y elementos sustentados destacan en las obras realizadas por Oscar Niemeyer para Brasilia, especialmente en la denominada Plaza de los Tres Poderes, construida entre los años 1957 y 1960, donde se sitúan los edificios de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. También son muy significativas la Iglesia Presidencial (Capilla de Nuestra Señora de Fátima) y la Catedral y las solemnes estatuas de los Apóstoles que la anteceden, todo ello levantado en las mismas fechas que dicha plaza.

 

 

FUENTES: A.A.V.V. "La Arquitectura en la Segunda Mitad del Siglo XX",
en El Siglo XX, Barcelona, Editorial Planeta, 1996, pp. 210-212.

 

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