EL RENACIMIENTO ITALIANO Y LA ESCULTURA DEL SIGLO XVI EN CÓRDOBA

04/07/2024


 

 

El siglo XVI es uno de los momentos de mayor enriquecimiento artístico de la historia de la escultura en la ciudad de Córdoba gracias a la recepción de los modelos estéticos italianos que, desde las primeras décadas del Quinientos, comenzaron a difundirse y a darse a conocer entre sus principales artífices, escultores y entalladores locales.

Así lo afirma el historiador cordobés Juan Luque Carrillo en un interesante estudio que lleva por título Un horizonte escultórico en la difusión del renacimiento italiano durante el siglo XVI. El caso de Córdoba, España, y su imaginería clasicista, publicado en el último número (42) de la revista Cuadernos de Historia del Arte, editada por el Instituto de Historia del Arte de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, Argentina).

Según Luque Carrillo, la superación de las formas tardomedievales, y el nuevo cambio de mentalidad gestado desde el seno de la cultura humanista, permitió un especial impulso y desarrollo de las creaciones artísticas de Córdoba a partir de 1520-1530, particularmente en el campo de la imaginería exenta vinculada a las cofradías y hermandades procesionales, como algunos interesantes ejemplos de crucificados y nazarenos: el Cristo de la Caridad, el titular de la capilla catedralicia del Santo Cristo del Punto, el Cristo Yacente, el Cristo de la Salud, el Nazareno del retablo de la capilla catedralicia de San Simón y San Judas (imagen superior), etcétera.

Paralelamente, la nueva moda italianizada también se hizo presente en las decoraciones de retablos y altares que poblaron capillas, panteones y otros espacios sacros vinculados a la Catedral, obteniendo en algunos casos obras de singularísima calidad y riqueza artística, caso del titular de la capilla catedralicia de la Conversión de San Pablo (imagen inferior) o de la titular del Santuario de Nuestra Señora de Linares.

También menciona el experto tallas de la provincia cordobesa como el Nazareno de Priego, el Cristo de Zacatecas de Montilla o la Piedad que se conserva en la Casa-Museo de San Juan de Ávila de dicha localidad.

Este conjunto de relaciones culturales entre Italia y España durante la Edad Moderna tuvo también una gran proyección en las otras dos grandes manifestaciones artísticas: la arquitectura y la pintura, cuyos estilos y códigos estéticos lograron evolucionar con éxito hasta su extinción en los primeros decenios del Seiscientos.

Italia, cuna de la cultura del Humanismo, y España, con el caso concreto de la ciudad de Córdoba, revelan en sus historias la importancia del capítulo del arte del Renacimiento, en un feliz y arduo deseo de recuperar el espíritu clásico evocador de un glorioso pasado grecolatino, reflejado artísticamente en las elegantes imágenes de contenido religioso que Luque Carrillo analiza en su trabajo. Sin duda, un feliz escenario donde aún hoy rezan los nombres de estos artistas y obras con el único fin de ensalzar dicha cultura y su reconocimiento como parte identitaria de la historia local.

 

 

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