LA CARTA DE CLODIO FABATO
28/03/2007
La carta, cuyo original en pergamino se halla hoy en paradero desconocido tras ser regalada en 1869 al político Emilio Castelar, fue escrita en Judea el 1 de abril del año 33 después de Cristo por Clodio Fabato, un decurión romano que, supuestamente, fue testigo presencial de la muerte de Jesús y era oriundo del municipio onubense de Niebla, villa de la que también era originaria su mujer Julia Marcela, a quien va dirigida la misiva. La carta dice lo siguiente:
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La carta original fue escrita en latín y se conservaba en el Archivo Histórico de Niebla, tal y como contaba su párroco Cristóbal Jurado. Lo que actualmente conocemos es una traducción realizada a finales del siglo XVIII por el notario Jerónimo de la Fuente o a principios del XIX por el también notario Alonso Avendaño. Erróneamente, algunos historiadores la han relacionado con una pequeña lápida sepulcral que se conserva en la Parroquia de Santa María de la Granada de Niebla y que reza lo siguiente:
El tal Fabato no se corresponde con nuestro decurión ya que la lápida se halla fechada a principios del siglo III. No obstante, Rodrigo Caro, historiador del siglo XVII, pone en relación su inscripción con una carta escrita por Julia Marcela a su marido, conservada en Rignano. Los detractores de la autenticidad de la carta argumentan que se trata de una invención literaria realizada por los mencionados Jerónimo de la Fuente o Alonso Avendaño para justificar la presencia de mártires cristianos en los territorios de la antigua sede episcopal de Ilípula (Niebla); a lo que añaden la leyenda de que el decurión Clodio Fabato volviera a la ciudad de Niebla tras escribir la carta para difundir con éxito el cristianismo, cuando es hecho constatado que hasta finales del siglo II o principios del III no aparece documentada la presencia cristiana en los territorios de la actual provincia onubense. |
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