DESCUBIERTA UNA PRESUNTA OBRA DE CARAVAGGIO

18/07/2010


 

 

El 18 de Julio de 1610, Michelangelo da Merisi, llamado El Caravaggio, murió en la playa de Porto Ercole, situada a 150 kilómetros de Roma. 400 años después, la capital de Italia, ciudad donde encontró el éxito y en la que vivió 14 años de su corta y turbulenta vida, rinde homenaje al genio milanés con numerosos actos en su honor.

El rotativo L'Osservatore Romano, el diario de El Vaticano, ha dado un aliciente a las celebraciones publicando ayer, en primera página, el descubrimiento de un lienzo propiedad de la Compañía de Jesús en Roma, que está siendo estudiado por los expertos y, seguramente, se trate de una obra realizada por el propio Caravaggio. Hablamos de El Martirio de San Lorenzo, dramática pieza que representa al joven diácono romano en su martirio, envuelto en llamas sobre una parrilla, con el rostro desencajado por el tormento, la boca abierta en actitud de emitir un grito de dolor y el brazo derecho extendido en busca del auxilio que mitigue su sufrimiento.

Dicho diario afirma que, a falta todavía de una certificación oficial, los expertos la consideran una pintura de impecable ejecución, inmersa en el típico tenebrismo del autor, presente en otras obras documentadas como La Conversión de San Pablo o El Martirio de San Mateo, con las que guarda notables afinidades. No obstante, L'Osservatore Romano indica también lo fácil que es caer en la tentación de considerar el lienzo un Caravaggio auténtico a toda costa, y que será el diagnóstico de los expertos, a base de un concienzudo análisis y de una exhaustiva documentación, lo que confirme o no una atribución que, de entrada, parece más que fehaciente.

Con tan sólo 38 años de edad, Caravaggio murió mientras intentaba regresar a Roma para pedir al papa Pablo V el perdón de la condena a muerte a la que había sido sentenciado por el asesinato de Ranuccio Tomassoni. Todo apunta a que el pintor falleció debido a la enfermedad, el calor y la insolación que sufrió durante aquel viaje. Recientes investigaciones señalan que la intención de Caravaggio no era asesinar a Tomassoni, proxeneta de Fillide Melandroni, una de las conquistas femeninas del pintor, modelo de varios de sus cuadros; sino castrarlo, pero un error con la espada provocó a Tomassoni una grave herida en la femoral de la ingle que le hizo morir desangrado.

 

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