ACERCA DEL LIENZO DE LA PATRONA DE MÁLAGA EN EL MUSEO DE ARTE DE DENVER

22/12/2024


 

 

En el Museo de Arte de Denver (Colorado, Estados Unidos) se encuentra un lienzo anónimo cuzqueño o potosino de finales del siglo XVII o principios del XVIII que representa a Nuestra Señora de la Victoria, patrona de la ciudad de Málaga y de su diócesis. Su carácter excepcional y muchas particularidades llevan a preguntarse cómo, cuándo y por qué motivos pudo llegar dicha advocación andaluza hasta el virreinato del Perú.

Las posibles respuestas a estas preguntas se encuentran en un artículo del historiador Juan Ignacio Mayorga Chamorro, que lleva por título Estampa malagueña con brillo andino: acerca del lienzo de Nuestra Señora de la Victoria en el Museo de Arte de Denver. Dicho estudio acaba de ser publicado en el último número (46) de Boletín de Arte-UMA, revista publicada por el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Málaga.

Las investigaciones de Mayorga nos acercan a conocer algunos intentos de fundación de la Orden de Frailes Mínimos en Lima hacia finales del XVII. También a proponer una entalladura de hacia 1688, propiedad del Ayuntamiento de Málaga, como posible inspiración para el autor del lienzo de Denver, ejecutado, no obstante, en base a los gustos, formas y procedimientos técnicos al uso en su contexto. Se propone además una nueva interpretación de varios de los elementos que configuran la imagen andina, particularmente de las escenas inferiores, parcialmente conservadas, y se cuestiona la tradicional atribución de su autoría al pintor Luis Niño.

Para Mayorga la imagen malagueña de Nuestra Señora de la Victoria puede catalogarse, por características y contexto, como una talla hispanoflamenca de finales del siglo XV. Su asiento frailero debió ser suprimido hacia 1700, cuando pasa a ser exhibida como imagen de bulto redondo en el centro de su camarín, cubriéndose entonces su ahuecada espalda con telas encoladas que completaron su manto esculpido. Desde entonces descansa sobre unos riscos, en alusión a aquellas sobre las que se apareciera en las legendarias visiones, modificándose también con su incorporación la propia peana y su inscripción. La corona y el cetro que actualmente luce como símbolos de su realeza (obra de Félix Granda), le fueron regalados por el pueblo malagueño con motivo de su coronación canónica en 1943. Entonces se añaden también una nueva imagen del Niño, obra de Adrián Risueño, y otra de un pajarillo posado sobre su mano izquierda.

Durante los tres siglos precedentes, y desde el primer tercio del XVII, la visualidad de la imagen fue muy distinta. Según una costumbre de fuerte arraigo en el barroco hispánico, fue revestida con amplios vestidos campaniformes que cubrían su verdadera postura, aparentando estar de pie. Dichos atuendos se complementaban con toda clase de ornamentos, cuya opulencia fue en aumento. Así aparece en la entalladura y en el lienzo de Denver.

 

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