El pasado lunes 20 de febrero, siguiendo con el ciclo de actividades culturales, en la exposición Lazos de Sangre, organizada por la popular archicofradía murciana de la Sangre (Los Coloraos), se presentó como pieza invitada un grupo escultórico que representa la Anunciación de la Virgen, obra del escultor de Pilar de la Horadada (Alicante), José Sánchez Lozano, de propiedad particular.

La presentación de la obra fue llevada a cabo, por Agustín Alcaraz Peragón, director de la revista que edita Los Coloraos, que además explicó a los asistentes al acto la evolución en el mundo del arte de este tipo de representaciones, tano en pintura como en escultura.

Alcaraz Peragón comentó también la gran calidad de la pieza, que no duda catalogarla en la década de 1960, así como las fuentes de inspiración que Sánchez Lozano pudo tener a la hora de labrarla, como la Anunciación de La Raya (Murcia), obra del escultor Roque López, o el mismo misterio del Belén de Salzillo.

El conjunto, formado por dos piezas en madera policromada y estofada, con partes enlienzadas, es de tamaño menor al académico y se compone de las figuras de la Virgen y el arcángel San Gabriel.

La imagen mariana, arrodillada, acaba de dejar el cesto de costura. Su rostro, bello y sereno, transmite paz, consiguiendo Sánchez Lozano reflejar la serenidad que mantuvo la joven doncella al recibir el mensaje divino. De cabeza y manos en talla de madera, se halla enlienzada en velo beige, policromada con flores de colores: manto azul con policromía en oro de flores y saya policromada en rosa, estofada en líneas en oro. Completa el atuendo unas puntillas naturales en muñecas y cuello, tratadas para dar a la vestimenta mayor realismo.

San Gabriel, de tamaño un poco mayor que la Virgen, señala con su mano derecha hacia el cielo, donde una paloma (símbolo de Espíritu Santo) hace llegar la concepción divina a la Virgen en forma de rayos celestiales, realizados en madera dorada con oro fino. Se encuentra arrodillado sobre una nube, por la que asoma su pierna izquierda, descalzo. Posee cabeza manos y pies en talla de madera, al igual que las alas beige, las cuales se encuentran policromadas en rayas al oro fino. El traje enlienzado verde, bellamente policromado en flores de distintos tamaños y colores, se halla rematado por un cinturón rosa con estofa dorada en rayas. El rostro, bello y sereno, con cierto aire salzillesco, nos retrae irremediablemente al Ángel de la Oración en el Huerto de Salzillo, muy del gusto de Sánchez Lozano. Bien podría tratarse de algún conocido del escultor o modelo.