LOS TAPICES DE PASTRANA

23/11/2010


 

 

La Colegiata de Pastrana (Guadalajara) alberga uno de los Museos Parroquiales más interesantes de España. Conserva varios tapices flamencos, entre ellos una serie de cuatro paños que, según algunos, es la mejor colección del mundo en estilo gótico. Representan la conquista del Norte de África por parte del rey Alfonso V de Portugal, que por estas hazañas recibió el sobrenombre de "El Africano".

Se trata de una de las series más representativas del siglo XV, no sólo por sus excepcionales dimensiones, la maestría técnica en su ejecución y la enorme riqueza en materiales, sino también porque son uno de los escasos ejemplos que existen en tapicería en mostrar hechos contemporáneos, concebidos para exaltar el poder y la gloria del rey como conquistador y defensor de la Fe.

Los cuatro paños son de gran interés histórico como documento de su época. Narran las diferentes fases de la conquista de Arcila entre el 20 y el 24 de agosto de 1471 y la entrada en Tánger el 28 de agosto del mismo año. Todos ellos, con unas medidas aproximadas de 11 x 4 m, presentan movidas escenas de estos acontecimientos guerreros y muestran, interpretados con toda fidelidad, el conjunto de soldados, armas, estandartes, elementos de guerra, barcos, ciudades, escudos y una infinidad de detalles, destacando la figura de Alfonso V y de su hijo el príncipe Juan. En su parte superior, largas leyendas en latín con caracteres góticos explican las escenas.

Se sabe muy poco de su procedencia. Con casi total seguridad se puede afirmar que fueron realizados en el prestigioso taller de Passchier Grenier en Tournai, por encargo del mismo Alfonso V o un admirador de su entorno, con una clara voluntad propagandística. Aunque no existen documentos que lo demuestren, las similitudes con otros tapices procedentes de este taller apuntan en esta dirección.

Es incierta la forma en la que los paños llegaron a España, y existen varias hipótesis al respecto. Por un lado, podrían haber sido tomados como botín en la Batalla de Toro, que enfrentó a Isabel la Católica con Alfonso V en la lucha por el trono español; también pudieron ser un obsequio personal del rey portugués al Gran Cardenal Mendoza como gesto de gratitud por su postura a favor de los prisioneros lusos. Incluso puede que nunca llegaran a Portugal sino que formaran parte del equipaje de Felipe I el Hermoso cuando vino a Castilla y que, a su muerte en 1506, fueran vendidos en pública almoneda, quedándose con ellos el duque del Infantado.

Entre las varias hipótesis aventuradas, la que reúne más consenso es la de que fueron dados al rey Felipe II por Rui Gomes da Silva (Príncipe de Éboli), que vino a tener, entre otros títulos, el de primer Duque de Pastrana. En 1628 se les localiza en el Palacio de los Duques del Infantado en Guadalajara y se sabe que en el año 1664 fueron donados a la Colegiata de Pastrana por la familia Mendoza.

Después de su conservación por la Manufactura de Wit de Malinas, gracias a la iniciativa de la Fundación Carlos de Amberes, los tapices han podido verse, a partir de enero de 2010 y en el contexto de la Presidencias Española y Belga de la Unión Europea, en los Musées Royaux d'Art et d’Histoire de Bruselas, el Palacio del Infantado de Guadalajara, el Museo de Arte Antiga de Lisboa y el Museo de Santa Cruz de Toledo.

 

Exposición Las Hazañas de un Rey. Tapices Flamencos del Siglo XV en la Colegiata de Pastrana hasta el 9 de enero de 2011 en el Museo de Santa Cruz de Toledo (Cervantes, 3) Horario: lunes a sábado, de 10:00 a 18:30 horas; domingos, de 10:00 a 14:00 horas; cerrado los días 24, 25 y 31 de diciembre de 2010 y 1 de enero de 2011.

 

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