LA INMACULADA CONCEPCIÓN EN GREGORIO FERNÁNDEZ Y MARTÍNEZ MONTAÑÉS

08/12/2024


 

 

Una sección de la exposición Gregorio Fernández y Martínez Montañés: El arte nuevo de hacer imágenes, que hasta el 2 de marzo del próximo año 2025 puede visitarse en la catedral de Valladolid, está dedicada a las representaciones marianas que alcanzaron notable despliegue en sus tiempos. Es el caso de la Inmaculada Concepción, creencia impulsadas por el Concilio de Trento y asimilada mayoritariamente por la población, destacando ciudades como Sevilla y Valladolid por su fuerte fervor inmaculista. Precisamente, fueron Montañés y Fernández los responsables de fijar los dos modelos escultóricos de Inmaculadas: delicada y exquisita en el caso andaluz, y solemne y monumental en el caso castellano.

Un importante acontecimiento motivó el encargo, buscando la excelencia, de la imagen de la Inmaculada de la catedral de Astorga: el voto de defender el privilegio de la Purísima Concepción de Nuestra Señora que la ciudad de Astorga hizo en el año 1626. La imagen fue contratada con Gregorio Fernández en Valladolid, ya que la calidad de los escultores de Astorga era limitada y se quiso la excelencia para la imagen que centraría los festejos inmaculistas.

La obra mide 185 cm de altura y cuenta con diversos adornos postizos y sobrepuestos en las vestimentas para dar apariencia de tejidos reales. Es obra cercana a la Inmaculada que en 1620 realizó Fernández para la iglesia de la Vera Cruz de Salamanca. Fiel al resto de Inmaculadas de Fernández, muestra una disposición totalmente frontal y hierática no solo en la pose, sino también en los ropajes, caracterizados por su simetría y por seguir un esquema de pliegues angulosos con un patrón en zigzag en la base. El retablo que ocupa, hecho como escaparate de la talla, se termina en 1630.

La Inmaculada de Martínez Montañés de la iglesia sevillana de San Julián fue realizada hacia 1625 para el municipio de La Campana. En 1779 fue trasladada a la parroquia de Santa Lucía en Sevilla capital, donde permaneció hasta 1868, cuando los revolucionarios de la Gloriosa cerraron el templo en 1868. Entonces, el retablo donde recibía culto fue cedido a la Hermandad del Rosario de la iglesia del Salvador, y la Virgen trasladada a la parroquia de San Julián, donde actualmente permanece. Es la única talla que se salvó del incendio intencionado que sufrió dicho templo en 1932.

La Inmaculada de Montañés mide 141 cm de altura y mantiene la típica silueta trapezoidal frente a la fusiforme de Alonso Cano, y viste los colores de pureza recomendados por Pacheco a los pintores de su tiempo: túnica blanca y manto celeste. En cambio, se apoya en un trono de dos serafines, que constituye la característica definitoria de las Purísimas talladas por Montañés durante la segunda y tercera década del siglo XVII, hasta que en 1628 decide añadir un tercer ángel a la peana.

 

FUENTES

AA.VV. Gregorio Fernández y Martínez Montañés: El arte nuevo de hacer imágenes (catálogo de exposición), Valladolid, Fundación Las Edades del Hombre, 2024, pp. 189, 194 y 234.

 

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