El templo de San Bartolomé de Jávea (Xábia) está situado en una pequeña plaza del centro de la villa antigua y se empezó a construir en 1513. Su arquitecto fue el conocido lapicida local Domingo de Urteaga, enterrado en el templo pero cuya lápida ha desaparecido. Se trata de un característico templo-fortaleza de estilo gótico isabelino, considerado uno de los mejores modelos del arte ojival de Valencia. Labrado con piedra tosca de la localidad, presenta barbacana y matacanes sobre las puertas de entrada, parteluz, alfices, modillones, aspilleras, antiguas almenas hoy desaparecidas, etcétera. Su interior es amplio, de una sola nave, con bóveda de crucería, arcos apuntados y triforio, y capillas a cada lado de la nave entre los contrafuertes.

A pesar de que en 2006 se presentó un proyecto de restauración integral y urgente de la iglesia -cuya titularidad ha sido también objeto de polémica en los últimos tiempos-, debido a la gravedad de su deterioro, siete años después no se ha acometido intervención alguna. Según informó el pasado 25 de abril Diario Información, las goteras persisten y el deterioro del templo no ha hecho más que aumentar. Ahora incluso crece la hierba en sus muros exteriores de piedra tosca, agravando así las filtraciones y las humedades.

Hace unos años, el portal Campaners denunció el estado de conservación del templo; concretamente de su campanario, construido entre 1531 y 1659. Utilizado también como torre de vigilancia para comunicarse con el sistema defensivo del litoral, se levanta al costado norte del templo, en la unión entre el ábside y la nave. Presenta numerosas grietas en la sala de las campanas -probablemente el nivel de tierra de esta sala no es el real, sino que el verdadero está debajo del actual- y su interior muestra situación de total abandono. Algunos agujeros exteriores del campanario son, además, utilizados como nidos por las aves.

El proyecto de restauración comprendía la restauración de las cubiertas y las fachadas del templo, con el fin de evitar sobre todo las filtraciones, así como la intervención en los sillares de la torre para evitar su degradación y la recuperación del triforio y del perfil de las almenas en el tejado. Incluso contemplaba una musealización del inmueble que permitiera potenciar esta iglesia-fortaleza a través de visitas guiadas por su interior. Nada de ello ha llegado pese a anunciarse repetidamente en los años 2008 y 2010 y hoy la gran riqueza patrimonial del templo de San Bartolomé, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), continúa abocada a la ruina.