El que fue escenario del famoso western El feo, el bueno y el malo (1966) y el cortijo rural que sirvió de inspiración a Federico García Lorca para su inmortal relato Bodas de Sangre (1931), se encuentra, desde hace muchos años, en una situación de lamentable abandono que lo tiene al borde del derrumbamiento. 

Ya en 2002, un grupo de escritores y artistas del sureste español, reunidos el día 22 de junio en el cortijo, el cual se encuentra rodeado de un paraje de insólita belleza, próximo al oro de Rodalquilar y a la deslumbrante costa volcánica, hicieron llegar a todas las sensibilidades su preocupación por el estado de abandono y ruina en que se encuentra este edificio del siglo XVIII, con oratorio del XIX, mandado construir por los frailes dominicos.

En dicho manifiesto, entidades como el Instituto de Estudios Almerienses, la Asociación de Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar o la Asociación de Artistas y Escritores de España, lamentaban su deterioro y destrucción, así como el continuo expolio de lápidas y diversos utensilios al que ha sido sometido. La continua afluencia de visitantes, atraídos por la creciente fama del cortijo, reclama una actuación sin demora.

Asimismo, declaraban que el Cortijo del Fraile debía convertirse en un Museo Etnográfico del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar; con una especial dedicación al trágico suceso ocurrido en julio de 1928 (el asesinato del amante de la hija del cortijero a manos de un hermano del novio de la misma) que inspiró Bodas de Sangre y posteriores obras literarias, caso de Puñal de Claveles, de Carmen de Burgos.

En opinión de Manuel García Alcázar, el cortijo también debería restaurarse porque es un ejemplo perfecto de la forma de vida rural en el Campo de Níjar y el resto de la zona del Levante español durante épocas menos pujantes que las que nos ha tocado vivir. Según García Alcázar, el principal escollo "es que hablamos de una propiedad privada, sus terrenos agrícolas están actualmente en explotación y los propietarios, al parecer, no quieren ni sentarse a negociar con la Junta de Andalucía, porque el problema no es el dinero, sino que ese lugar formó parte de la historia de una familia y parece que no tienen interés por mantener vivo ese recuerdo".