El retablo mayor de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol en Montijo (Badajoz) presenta, tras los primeros análisis, según los técnicos -delegado episcopal de Patrimonio y director del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta de Extremadura-, una grave situación debido a un ataque de termitas, amenazando un posible derrumbe.

El retablo, construido en el primer tercio del siglo XVII, está atribuido al escultor portugués Francisco Morato, afincado en Extremadura. Se desconocen la autoría de sus tablas, que acogen al apostolado en sus tres calles, un Calvario en el ático, la Asunción de María en la calle central, y los evangelistas y doctores de la Iglesia en el banco bajo. Con Morato se relacionan los pintores emeritenses Cristóbal Gutiérrez, Pedro Gutiérrez Bejarano y Gonzalo Sánchez Picaldo. En los años de la construcción de la capilla mayor (1604-1605), vive y trabaja en Montijo el pintor Diego de Escorcha, cuyo apellido puede estar ligado con un presunto origen italiano.

Hace algunos años que el retablo viene dando toques de atención de su deterioro y síntomas de su estado. Desde la dirección del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Junta de Extremadura se valorará la intervención de un proyecto básico a tenor de la información que obtenga una vez se conozcan el estado de los anclajes al muro, así como hasta donde llega el ataque y daños de termitas.

Los técnicos han propuesto, según informa la Parroquia de San Pedro, una vez realizada la primera valoración de los daños, contactar con una empresa especializada en plagas de xilófagos para que presente un proyecto con cronograma para la desinsectación de la iglesia, así como establecer una distancia aproximada de 13 metros como medida de seguridad -desde el presbiterio a la nave central, desplazando el altar y el sagrario a dos capillas laterales, desde donde se celebrará la Eucaristía, y cambiándose la orientación de los bancos que sean necesarios- para evitar la presencia de personas cerca del retablo en prevención de un posible derrumbe.

El párroco de San Pedro dará traslado de la situación del retablo al Consejo Episcopal Diocesano para tratar de buscar ayudas y recursos para su solución. Hablamos de un importe que va más allá de la economía parroquial. La solución pasa por la restauración de esta singular pieza retablística. Todos debemos salvar el patrimonio histórico, religioso y cultural que nuestros predecesores nos dejaron. Se abre un tiempo para la solidaridad de los montijanos, desde la colaboración dentro de la medida de cada uno de sus posibilidades.

La parroquia seguirá informando cada vez que exista un cambio significativo sobre esta grave circunstancia, que trasciende también a la comunidad parroquial y las celebraciones que en el templo se tienen. La fotografía que acompaña la denuncia es elocuente a primera vista de la situación del retablo.