EL VALIOSO PATRIMONIO DESTRUIDO EN EL INTENTO DE GOLPE DE ESTADO DE BRASIL

15/01/2023


 

 
 
Reloj de Balthazar Bartinot
Foto: Ruy Baron

 

El asalto de la ultraderecha representada en los miles de partidarios radicales, afines al ex presidente Jair Bolsonaro, que rechazaron los resultados de las elecciones presidenciales en las que ganó Lula da Silva y demandaron la intervención de las fuerzas militares en la nación, no solo constituyó un grave ataque contra la democracia brasileña, sino también contra el patrimonio cultural e histórico del país.

Hace hoy una semana, los atacantes tomaron de manera violenta, vandalizaron y saquearon los tres edificios monumentales de la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia, sedes de los tres poderes de la república brasileña: el Palacio del Congreso Nacional (sede del Poder Legislativo), el Palacio de Planalto (sede del Poder Ejecutivo) y el Palacio del Supremo Tribunal Federal (sede del Poder Judicial), provocando daños en las tres edificaciones creadas por el célebre arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, consideradas hitos de la arquitectura moderna.

Entre los bienes muebles destruidos por los terroristas, destaca un reloj de finales del siglo XVIII que fue obsequiado en 1808 a la familia real de João VI por la corte de Luis XIV. El reloj fue fabricado por el francés Balthazar Martinot bajo diseño de André-Charles Boulle. En todo el mundo, solo había dos piezas, esta y otra de menor tamaño que está en el Palacio de Versalles. La de Brasil, cuya posibilidad de restauración ha sido seriamente puesta en duda, estaba en la oficina del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

También fue destruido por los terroristas el gran vitral titulado Araguaia (1977), obra de Marianne Peretti (imagen inferior) que se hallaba instalado en la llamada "sala verde" de la Cámara de los Diputados. Asimismo, la escultura modernista La bailarina, obra en bronce de Victor Brecheret, se encuentra actualmente en paradero desconocido tras ser retirada del lugar donde estaba expuesta, también en la Cámara de los Diputados.

 

 

Otra pieza completamente destruida por los terroristas fue la escultura El flautista de Hamelín, del artista Bruno Giorgi. Esta pieza de bronce, fechada en 1962, estaba expuesta en una de las salas del Congreso. Se da la circunstancia que Bruno Jorge participó en movimientos antifascistas en Italia y fue extraditado a Brasil en la década de 1930, gracias al entonces embajador brasileño en dicho país europeo.

El escritorio del expresidente Juscelino Kubitscheck "fue utilizado como barricada por los terroristas", según información del Palacio de Planalto. Hablamos de un histórico mueble, diseñado por el propio Oscar Niemeyer junto con su hija Anna Maria, responsable del diseño interior de muchos edificios públicos. El escritorio estuvo expuesto de forma aislada durante el gobierno de Dilma Rousseff, en el salón principal del segundo piso del edificio. En el año 2017, a pesar de las críticas de los expertos en conservación, el gobierno de Michel Temer cedió la mesa al ex ministro Moreira Franco.

Respecto a las obras que sufrieron vandalismo o destrozos, se encuentran una alfombra que, según información del Supremo, perteneció a la princesa Isabel, hija del emperador Pedro II y responsable de la firma de la Ley Áurea, que puso fin a la esclavitud en Brasil; el gran lienzo Mulatas (1962) del salón noble de Planalto, obra del pintor carioca Di Cavalcanti, fue perforado por los radicales en seis lugares (detalle en la imagen inferior), y los expertos aseguran que su restauración puede demorarse hasta tres meses; la escultura de granito Justicia, de Alfredo Ceschiatti, instalada frente al Supremo, fue objeto de pintadas; la escultura mural Ramas y sombras, realizada en madera pintada por Frans Krajcberg, quedó rota en varias partes; el busto Venus Apocalíptica de la escultora Marta Minujín fue tirado al suelo; el escudo de la presidencia del Supremo, diseñado por el modernista Jorge Zalszupin, fue arrancado de la pared y colocado en la calle, donde los terroristas posaron junto al mismo para luego publicar sus fotos en redes sociales, y otra obra pictórica, Bandera de Brasil, de Jorge Eduardo, que servía de fondo a los discursos de los presidentes de la República, fue encontrada en el suelo inundado del Palacio de Planalto después de que los terroristas abrieran las bocas de riego allí instaladas.

Según añadieron las autoridades, se trata de un listado preliminar, ya que todavía no es posible realizar un estudio detallado de todas las pinturas, esculturas y piezas de mobiliario destruidas. La ministra de Cultura, Margareth Menezes, ya ha anunciado la creación de un memorial en defensa de la democracia con los objetos y las obras de arte vandalizadas por los extremistas para que no se repitan actos de violencia de este nivel.

 

 

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