EL TECHO DE SAN FRANCISCO (SALVADOR DE BAHÍA) O EL DERRUMBE QUE PUDO EVITARSE

06/02/2025


 

 
 
Fotos: Paul R. Burley y Sosthenes Macedo

 

El derrumbe de parte del techo de la Iglesia de San Francisco de Asís (São Francisco de Assis), ubicada en el centro histórico de la ciudad brasileña de Salvador de Bahía, ocurrió en la tarde de ayer 5 de febrero, en torno a las 14:30 horas, provocando la muerte de un turista de 26 años y heridas a otras cinco personas.

Dicho templo se halla dentro de una zona catalogada Patrimonio de la Humanidad. También es considerado Patrimonio Material de Brasil y una de las Siete Maravillas de origen portugués en el mundo. Construida a principios del siglo XVIII, la iglesia, ejemplo del barroco colonial más exuberante, ya enfrentaba serios problemas estructurales desde 2023, incluyendo filtraciones, desplome de elementos, problemas de pintura y desniveles en el piso.

El derrumbe se produjo en la zona de la nave de la iglesia. Imágenes tomadas por testigos en el lugar muestran el área cubierta de escombros, principalmente madera que formaba parte de la estructura del techo. Las causas aún se están investigando, aunque se cita como factor contribuyente los problemas estructurales preexistentes en la iglesia. De hecho, en 2023 ya se había cerrado al público visitante parte de la estructura de la iglesia, concretamente el patio, para la restauración del pináculo derecho.

El techo contenía pinturas sobre la vida de la Virgen, atribuidas por Augusto Telles a fray Jerônimo da Graça y realizadas entre 1733 y 1737. Se desconoce el estado de las mismas después de un derrumbe que ha causado gran conmoción en Bahía y en todo Brasil, debido a la importancia histórica y cultural de la iglesia. El caso ha reavivado el debate sobre la necesidad del mantenimiento y la restauración de los edificios históricos en Brasil, especialmente en el Centro Histórico de Salvador, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Las autoridades competentes, entre ellas el Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) y Defensa Civil, investigan las causas del derrumbe y evalúan los daños en la estructura de la iglesia. Todavía no hay información sobre cuándo y cómo será restaurada la iglesia; sin embargo, debido a su valor histórico y cultural, se espera que la restauración se realice lo antes posible.

El avanzado estado de degradación del templo viene de antiguo, de forma que, entre 1926 y 1930, se realizaron varias intervenciones de restauración provocadas principalmente por los ataques de termitas. Además, debido a sus preciosos tesoros, la iglesia ha sido vandalizada varias veces y han sido robadas varias piezas originales.

La necesidad de conservación, siempre muy costosa cuando se trata de monumentos históricos, también choca en este caso con los intereses de la comunidad franciscana, cuyo objetivo central es trabajar con los pobres. Fray Hugo Fragoso dijo en 2010 que los frailes no pueden vivir para los conventos, sino para sus obras caritativas y pastorales. A pesar de su enorme importancia, todavía relativamente pocos turistas visitan la Iglesia de São Francisco y aún no se ha implementado un programa para hacer que el complejo sea autosostenible; de hecho, todo lo relacionado con su conservación todavía depende básicamente del gobierno.

En 2005, durante las obras de revitalización del centro histórico de Salvador, el templo recibió atención conservadora, si bien hablamos de un monumento que, por su antigüedad y materiales, necesita un cuidado permanente. Ese mismo año los azulejos del claustro fueron preservados para evitar que se desprendiera la superficie pintada, algo que ya ocurría en muchos lugares. Se solicitó una restauración de emergencia al IPHAN, pero dado su alto costo, no fue posible llevarla a cabo. En 2006 se llevó a cabo un proyecto de investigación utilizando técnicas de fotografía y restauración digital con el fin de preservar al menos la iconografía de los azulejos antes de que se perdiera por completo, para que los futuros trabajos de restauración pudieran contar con subsidios consistentes. La restauración no llegó hasta 2020 y duró tres años.

En 2010, además de los problemas con los azulejos, también resultaron dañados los pilares de piedra caliza del claustro, corriendo algunos riesgo de derrumbe, presentando grietas, pérdida de fragmentos, impregnación salina e infestación por hongos y musgo, problemas provocados por la infiltración de agua desde el piso superior y por la incidencia directa de la lluvia. Se desarrolló un estudio para determinar las técnicas más adecuadas para remediar los problemas y se realizaron reparaciones y consolidaciones de las estructuras.

En 2023 se descubrieron otros problemas graves y todavía no había ningún plan para su recuperación: pilastras que han perdido sus yesos, partes del suelo desniveladas, y riesgo de derrumbe en los techos y en el pináculo de la torre derecha. Esto último conllevó el cierre de uno de los patios y de un tramo de la vía pública. Todo ello provocó que el número de turistas disminuyera, y que el comercio que depende de ellos se viera perjudicado. En octubre de 2024, el IPHAN había anunciado la liberación de una gran partida presupuestaria para obras de restauración, aún sin acometer.

 

 
 
Foto: Sosthenes Macedo

 

Si quieren denunciar cualquier tipo de agresión al patrimonio histórico-artístico de su ciudad, diríjanse a nuestra dirección de correo electrónico lahornacina@lahornacina.com

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com