La cuenta de difusión Córdoba Olvidada, que publica en la red social Instagram sobre el patrimonio sacro cordobés, se hace eco de la recuperación, por parte del Cabildo de la Mezquita-Catedral de Córdoba, de la pequeña talla de un querubín perteneciente al conjunto escultórico de la Virgen del Carmen y Ánimas Benditas, obra realizada por el escultor e imaginero valenciano José Esteve y Bonet que recibe culto en una de las capillas del templo metropolitano.

Esta pieza, que muestra a un angelito portando una bandeja de plata como señal de ofrenda a María, todavía aparecía en el año 2003 en su ubicación original junto a la Virgen del Carmen, de lo cual encontramos testimonio en el catálogo de la exposición Bendita tú eres, en la que se exhibió el grupo carmelita de Esteve y Bonet (Valencia, 1741-1802).

Sin embargo, tras la referida muestra, el conjunto aparece en la catedral cordobesa desprovista del querubín. Pudo verse públicamente como parte del misterio o escena principal del belén napolitano que la hermandad cordobesa de la Sentencia instala en las fechas navideñas, conservando la bandeja de plata y apareciendo de forma similar junto a la imagen mariana que lleva al Niño recién nacido en su regazo.

Gracias a la actuación del Cabildo se ha podido saldar una deuda con este magnífico grupo del célebre artista Esteve y Bonet, que ahora se podrá admirar semicompleto, pues solamente ha sobrevivido este angelito de entre las figuras de su género. Esperemos que lo más pronto posible retorne al edificio más emblemático de Córdoba este fragmento de su historia artística, ya que, pese a su recuperación, a día de hoy el conjunto todavía figura sin el querubín.

Desde la cuenta Córdoba Olvidada se alienta, tanto al Cabildo de la Mezquita-Catedral como a la Diócesis de Córdoba, a proseguir esta necesaria recuperación patrimonial, consolidando así una concienciación de la ciudadanía de cara a la justa conservación de su rico acervo artístico e histórico, pues aún perviven notorios casos de pérdida de piezas sacras que siguen sin justificar y sobre los que aún no se ha recibido una explicación pública.

Entre dichos casos se encuentran los expolios sufridos en los templos de San Pablo o San Francisco. En esta última iglesia fueron especialmente traumáticos, ya que desaparecieron los angelotes que figuraban a los pies de la figura de San Rafael o las cabezas de querubines que podían verse junto a la Dolorosa en su retablo. También podemos destacar el meditado robo de una corona de la Virgen del Rosario que recibe culto en la citada iglesia de San Pablo.

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