Nos llega un comunicado del grupo cultural Gernikazarra Historia Taldea denunciando el brutal ataque sufrido el pasado viernes 18 de agosto en la Iglesia de Santa María del municipio vizcaíno de Gernika-Lumo, a raíz del cual la escultura de San Pablo, que forma parte de la portada gótica del templo, ha quedado completamente destrozada. Se desconoce todavía el autor o autores del ataque vandálico y sus motivos.

La figura de San Pablo tenía una antigüedad de unos 550 años y había sobrevivido a las guerras de bando, a las matxinadas sociales, a las guerras carlistas e incluso al bombardeo que asoló la villa en 1937. Este ataque, según Gernikazarra, va mucho más allá del destrozo de una figura religiosa; se trata de un ataque en toda regla a la propia Cultura, porque Cultura era esa escultura artística, como lo son las tradiciones y las creencias religiosas de ayer y de hoy, y como lo son los patrones de conducta hacia el patrimonio artístico e histórico.

Desde el Obispado de Bilbao puntualizan que no es la primera vez que se produce un ataque vandálico contra dicha portada de Gernika-Lumo, la cual se hallaba celebrando las fiestas locales. En 2013 rompieron la base de la imagen de la Virgen, y un año después se llevaron la cabeza de la figura después de haber salido también indemne de los mencionados avatares históricos acaecidos en los últimos 500 años.

La portada norte del templo de Gernika fue realizada en 1449 por Sancho de Emparan, escultor posiblemente guipuzcoano, tal y como indica una inscripción sobre el parteluz. Emparan también realizó la portada de la iglesia de San Bartolomé de Olaso, en Elgoibar (1459), y según algunos autores quizás la de Lekeitio.

La portada de Gernika sigue un modelo muy divulgado desde el siglo XIV y durante todo el XV, con muchos ejemplos en Bizkaia: Erandio, Mungia, Loiu, Sestao, Axpe de Busturia, Markina... Pero en dicho territorio estas portadas apenas tuvieron decoración escultórica; las excepciones son Lekeitio y Gernika, lo que las revaloriza. Además de por la calidad de esta singular portada ilustrada de Gernika, el hecho de conocer el autor y la fecha resulta de gran importancia, porque permite datar otras piezas por comparación con Gernika.

La imagen de San Pablo es de canon estilizado, muy vertical. Sus vestiduras recogen los pliegues típicos del estilo, rectos y ligeramente movidos en la parte inferior. Porta los atributos propios del santo: un libro, en referencia a sus escritos, y una espada (que había perdido la hoja), símbolo de su martirio (la espada de San Pablo suele apoyar su punta en el suelo, pero en este caso estaba dirigida hacia arriba, apoyada en el hombro). Su cabeza, quizás no la original, presenta la habitual mirada ausente.

Algunas imágenes de la portada de Gernika han desaparecido en momentos desconocidos (Trinidad y San Sebastián, además de la cabeza del Niño). Pero el proceso se está acelerando en los tiempos, de forma deliberada y con un trasfondo que según Juan Manuel González Cembellín, director técnico del Museo de Arte Sacro, no sabe si está caracterizado por algún tipo de integrismo ideológico o es simplemente vandálico.

El próximo paso será el de estudiar la posibilidad de restaurar la escultura y devolverla a su lugar de origen, para lo cual se han recogido con gran escrúpulo todos los trozos rotos de la pieza. Desde el Obispado de Bilbao se ha solicitado de los servicios diocesanos de Patrimonio que se evalúe en detalle el daño causado, que se notifique el hecho a las autoridades competentes, que se estudie a la mayor brevedad la restauración de la imagen y que se analicen posibles medidas para prevenir actos semejantes.