Un socio del Ateneo de Jerez de la Frontera que pasaba el pasado 15 de junio por la Plaza de Aladro se encontraba con una sorpresa. Estaban "limpiando" la preciosa Puerta del Campo del Convento de Santo Domingo. Sin necesidad de acercarse mucho, ya detectaba restos de policromía en los escudos y hojarascas de las enjutas. Gran parte de esta puerta ya está a piedra viva, el trabajo se hace con gran aceleración, como para terminar pronto. Los chorros de agua a presión van eliminando con rapidez los restos del estucado que pudo recubrir esta piedra, y con él todo su color. Hay zonas que parecen aún conservar restos de pintura; el arco y la parte del frontón, por ejemplo, acusan ciertas sombras que podrían ser indicios de policromado.

El tratamiento a través de chorros de agua a presión es muy dañino, existen otros más específicos de micropulido que tratan con esmero específico este patrimonio, pero eso parece que es más lento y debe haber prisas. No vio nuestro ateneísta ningún técnico o especialista en patrimonio de la Delegación de Cultura, y le pareció que esa técnica de "limpiado a chorro de la fachada" es muy adecuada para el cemento, pero impropia para una puerta del siglo XVII. Opinamos que el trabajo que necesita la olvidada Puerta del Campo es el que puede ejercer un restaurador, y que no es cuestión en este caso de "limpiar a raíz", sino de restaurar.

El Convento de Santo Domingo es un edificio monumental andaluz de la mayor categoría. Bien merece un trabajo adecuado de restauración su Puerta del Campo, la puerta que sirvió de comunicación entre el cenobio y el exterior. Desde el Ateneo de Jerez de la Frontera solicitamos la mayor atención y el mayor respeto.