LA REMODELACIÓN DE LA PLAZA DE ESPAÑA DE MADRID
05/11/2017
Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, una asociación creada para la defensa del patrimonio histórico, artístico, cultural, social y natural de la Comunidad de Madrid, ha expresado mediante un comunicado su preocupación por la deriva que ha tomado la remodelación de la Plaza de España en Madrid. Una remodelación que, según las últimas noticias, se va a extender del ámbito inicialmente previsto para incluir la cuesta de San Vicente, donde se pretende sustituir por un arriscado talud ajardinado el imponente muro de contención que sostiene y delimita los jardines de Sabatini, proyectados en 1933 por el arquitecto Fernando García Mercadal tras ganar el concurso correspondiente, pero cuya ejecución, interrumpida por la Guerra Civil, se prolongó hasta 1949. Este monumental muro de ladrillo visto, con cadenas de refuerzo de sillería en las esquinas, está interrumpido por una puerta enverjada que da acceso a los jardines, a los que se asciende mediante una doble gradinata o rampa "a la italiana", de grandes escalones inclinados que convergen ante un rellano presidido por un gran nicho de piedra caliza, que cobijaba una sencilla fuente mural, eliminada recientemente por el Ayuntamiento tras permanecer durante largos años seca y con su plato roto. Igualmente, Madrid, Ciudadanía y Patrimonio lamenta la modificación propuesta del monumento a Miguel de Cervantes que preside la plaza, que va a ser girado contraviniendo la disposición que le otorgaron sus autores Rafael Martínez Zapatero y Lorenzo Coullaut Valera, los cuales, atendiendo a la pendiente del terreno, lo dispusieron mirando hacia el horizonte, de modo que las figuras de Don Quijote y Sancho Panza -inicialmente exentas- se dirigían hacia la extensa llanura manchega en busca de nuevas aventuras bajo la mirada del escritor. De culminar la reforma prevista, ahora dirigirían sus pasos hacia el vestíbulo del hotel Riu que ocupará el Edificio España. Madrid, Ciudadanía y Patrimonio se opone a tan gratuito giro y desplazamiento, que implicaría una lesión indiscutible tanto de la filosofía como de la integridad física del monumento. Por desgracia, según Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, estas dos modificaciones injustificables, recogidas en el proyecto ganador del concurso, al parecer han recibido ya la pertinente autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, con la habitual opacidad que caracteriza sus actuaciones, pues hay que recordar que las actas de las comisiones son secretas. Y ello a pesar de estar la Plaza de España comprendida en el Conjunto Histórico de Madrid (declarado por decreto 41/1995) e integrada en el entorno de protección de tres Bienes de Interés Cultural: la Casa Gallardo (declarada en 1997), la Real Compañía Asturiana de Minas (incoada en 1977) y el convento carmelita de Santa Teresa y San José (declarado en 1995). |
Para Madrid, Ciudadanía y Patrimonio culmina así un proceso que tuvo su origen con la desdichada rebaja de protección del Edificio España, lo que implicaba la necesidad de remodelar la plaza, pues en una insólita decisión el Ayuntamiento otorgó a sus propietarios que las pertinentes plazas de aparcamiento que exigía el nuevo rascacielos pudiesen emplazarse en el subsuelo del espacio público para que no tuviesen que "sacrificar" con este uso parte de la edificabilidad de su inmueble. Y lo que comenzó encubriendo una nefasta operación especulativa que desprotegía un edificio emblemático, afortunadamente revertida gracias a la acción social, ahora trae como consecuencia esta actuación urbanística innecesaria que dará al traste con una plaza que solo requería una profunda labor de mantenimiento. Y si el cambio del equipo de gobierno municipal permitió cobijar la esperanza de que la reforma se limitase a la restauración del ámbito existente, las sucesivas etapas del mal llamado "proceso participativo", impulsado por el Ayuntamiento de Madrid, pronto demostraron que nada había cambiado, pues tras una serie de sesiones consultivas que culminaron con el abandono de buena parte de las asociaciones vecinales convocadas: FRAVM, Ecologistas en Acción, la propia asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, etcétera, se establecieron unas bases, entre las que se incorporó la obligatoriedad de mantener en su sitio el monumento a Cervantes, que sirvieron para convocar un concurso público, en el que la propuesta más votada por los madrileños fue rechazada en favor de otras dos seleccionadas por un jurado técnico, de las que saldría la ganadora actual tras una nueva votación que fue muy cuestionada. Madrid, Ciudadanía y Patrimonio se cuestiona por qué un problema que requería una aproximación técnica se debía trasladar a la ciudadanía, eludiendo una responsabilidad política que, como en tantas otras ocasiones, el Ayuntamiento madrileño acostumbra a derivar en aras de la "participación", para finalmente, después de la inversión intelectual y económica de unos y otros, considerar que las soluciones propuestas no resultan válidas y terminar adjudicándose con variaciones inexplicables que a nadie satisfacen. En definitiva, Madrid, Ciudadanía y Patrimonio encuentra mal planteado y mal resuelto el proyecto para la Plaza de España que nos ocupa, desde el inadecuado sistema de consulta ciudadana hasta el método de selección de propuestas que no fueron atendidas en consecuencia con el planteamiento del concurso. Y lo que es más grave, por afectar al patrimonio de Madrid y tener consecuencias irreversibles: el movimiento innecesario y gratuito de un monumento perfectamente ubicado en el lugar para el que fue concebido, la injustificada y mal definida sustitución del cerramiento de los Jardines de Sabatini en lugar tan singular y sensible de Madrid, y la intervención prevista sobre estos mismos jardines, que altera considerablemente su imagen histórica. |
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