EL ESTADO DE CONSERVACIÓN DE UN POSIBLE LIENZO
DE MURILLO O SU CÍRCULO EN MORÓN DE LA FRONTERA (SEVILLA)

Miguel Ángel Muñoz Olmo (31/03/2010)


 

 

Introducción

No es de extrañar la posibilidad de encontrar obras de importantes firmas de la pintura antigua en el rincón de alguna iglesia en pueblos de la provincia de Sevilla. Existen obras de Zurbarán en Marchena, una obra de El Greco en Paradas, Ribera y Morales en Osuna... ¿Por qué no un Murillo en Morón de la Frontera?

Contaba yo con 14 ó 15 años de edad, cuando comenzó a despertar mi atención un lienzo de la Iglesia de San Miguel Arcángel de Morón de la Frontera. Se trata de una obra perteneciente al retablo de la Capilla de San Pedro, en el ala derecha del templo. Dicho retablo, del siglo XVIII y de dudosa paternidad, está compuesto por distintas obras de autoría anónima; como eje central, una escultura de San Pedro del XVII (aunque en la fotografía de arriba aparece ubicada temporalmente una réplica de la almonteña Virgen del Rocío, obra del escultor e imaginero Francisco Reyes Villadiego), flanqueada por cuatro pinturas de santos del XVIII, y coronando el ático, un misterioso lienzo de Cristo Salvador.

La pintura del Salvador, barroca y anónima, documentada así en los registros artísticos de patrimonio de las iglesias de la provincia hispalense, refleja a Cristo hombre y espiritual, de actitud firme y mirada dirigida al fiel. El brazo derecho está alzado en gesto de bendición y la mano izquierda apoyada sobre una esfera celestial. El lienzo destaca por su gran calidad en colorido, resuelto dibujo y una vaporosa y transparente atmosfera, muy al estilo del genial pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682), como muy bien solía describir Juan Agustín Ceán Bermúdez (1749-1829), pintor e historiador de arte, cuando descubrió al artista sevillano.

 

 

Posible relación con Murillo

Además de las características comentadas, añadir otras apreciaciones y deducciones, partiendo de la observación desde el exterior de la capilla donde está ubicado, además de mis modestos conocimientos y experiencias como amante de la historia del arte y artista plástico que ha reproducido algunas obras de Murillo:

 

Rostros y manos
El rostro del Salvador posee la fisonomía de algunos Cristos de Murillo. Las manos son de suave modelado, elegantes, sensibles y resueltas con gran precisión, como sólo puede hacer un gran manicurista. Tanto la expresión del rostro como de las manos están vinculadas entre sí.

Ropajes y texturas en los tejidos
Las arrugas y pliegues de la túnica y el manto que lo envuelven están tratadas de forma sedosa, transparente, justificando así el grosor y la textura de los diferentes tejidos que componen el atuendo. Todas ellas son técnicas similares a las utilizadas por Murillo en sus ropajes. Cabe destacar que Murillo comenzó a desarrollar estas técnicas a partir de los estudios que realizó sobre las obras italianas que, en su época, contenían las colecciones reales en Madrid.

La entonación
Los tonos que predominan son cálidos, sienas, naranjas y ocres, justificando la atmosfera y espacios entre la figura, los complementos y el fondo. Dichos tonos nos recuerdan la etapa o época de los tonos cálidos de Murillo.

Distintos pintores en un mismo retablo
La calidad artística que desprende el lienzo del Salvador es magistral y superior respecto a las demás pinturas que lo rodean. Ello nos puede hacer pensar que las demás pinturas son de diferente autor, ya que quedan duras y mediocres junto al Salvador.

 

 

Hipótesis de un lienzo mutilado en la época

A continuación, procedo a exponer y enumerar una serie de cuestiones que nos indican la posibilidad de hallarnos ante una obra mutilada:

 

1) Nos encontramos ante una obra de sentido vertical, montada en un bastidor emplazado en un hueco de sentido horizontal. Estas dimensiones de bastidor en un retablo son propias para escenas o pasajes figurativos-religiosos y no para un Cristo en sentido vertical.

2) El diseño de la figura del Salvador y la esfera que lo complementa ofrecen una sensación antiestética en su parte inferior, pudiendo estar seccionada un tercio al menos de su total. Comparando dicho diseño con los cánones de representación de la figura humana a partir del Renacimiento, observamos que no encajan en ninguno (canon de medio cuerpo: cabeza, cuello, tronco, caderas y mitad de muslos).

 

Todas estas hipótesis se confirmarían comprobándose en la tela del lienzo la posible continuación del dibujo y el color en la parte del clavado de la tela sobre el bastidor (costura de tachuelas).

 

 

Salvemos a un Salvador

Puede que el misterioso lienzo de Cristo Salvador sea un buen trabajo de taller, de un seguidor de la época o de un artista anónimo, y quién sabe si es una obra original de Murillo sin catalogar. Lo que a todas luces es latente y visible son las calidades y el valor artístico que la misteriosa pintura desprende. Por ello creo que son razones más que suficientes para actuar con emergencia antes los agentes naturales corrosivos que la puedan destruir.

Esperemos que pueda ser objeto de interés para las administraciones competentes y se puedan realizar trabajos de estudios y conservación por parte de expertos, historiadores y restauradores de arte antiguo, confirmando de paso si se trata o no de una obra original del universal artista sevillano Bartolomé Esteban Murillo.

 

Fotografía en b/n del Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla (US)

 

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