LA MURCIA DESTRUIDA
17/02/2025
Con esta publicación el murciano José Miguel Rubio Polo nos presenta un paseo guiado durante 563 páginas por la ciudad de Murcia que fue y ya no es, con cientos y cientos de imágenes, muchas inéditas, y decenas de edificios desconocidos. Imágenes explicadas de más de 200 palacios, mansiones, conventos e iglesias y otros monumentos destruidos, de una Murcia que ya no existe. Imágenes e informaciones, muchas de las cuales no han sido vistas ni leídas por nadie o casi nadie vivo. Antiguas fotografías, cuadros, dibujos y grabados de lo que se perdió y ya no se puede ver en la realidad. Documentación y explicaciones que debieran ser conocidas al menos por todos los murcianos para su disfrute, para su toma de conciencia y para impedir que se siga derribando el escaso patrimonio conservado. A diferencia de la mayoría de ciudades españolas y de otros países europeos, no existe en Murcia un casco antiguo preservado como tal, sino que todo lo "nuevo" se ha ido construyendo sobre lo viejo. Y esta es la tragedia de la ciudad de Murcia, donde al menos el noventa por ciento de las bellezas histórico-artísticas que existieron fueron destruidas, sobre todo en el siglo XX entre 1930 y 1982, pero singularmente en torno a los años 70, casi en la época de la transición política. Y siguen siendo destruidas. Es indiferente que figurasen en guías monumentales, en inventarios nacionales del patrimonio arquitectónico de interés, que hubieran sido alabados por personajes insignes, que fuesen declaradas monumentos históricos artísticos, que figuren en catálogos de protección. Nada se opuso ni se opone a los afanes destructores, esencialmente económicos. Rubio Polo achaca lo anterior especialmente a la ignorancia, al déficit cultural, a la falta de sensibilidad histórico artística que ha sufrido la mayor parte de políticos, especuladores y el resto de la población hasta el siglo XXI, y que sigue abundando hoy en día, junto con la resignación silenciosa de casi todos. Ni tan siquiera lo legalmente protegido se respeta. Si mañana una nueva norma dice que la Catedral de Murcia se puede demoler, por ejemplo, puñados de empresas pujarán por el derribo y se destruirá sin problemas. Según Rubio Polo, en pleno siglo XXI todavía escucha en conversaciones privadas que habría que derribar lo viejo, que no vale la pena restaurar. Y esa ha sido esencialmente la filosofía que ha propiciado la destrucción de casi todo el patrimonio murciano, y que persiste hoy en día. Algunos ganaron muchísimo dinero derribando, pero todos perdemos, incluso también mucho dinero, por lo que ya no existe. Murcia pudiera haber tenido un precioso casco antiguo monumental, fuente de deleite y de riqueza, pero apenas si tiene una exigua ruta turística, de pequeñas salpicaduras discontinuas, que probablemente hace que nuestra ciudad esté a la cola de los destinos turísticos de España. Las clases populares y medias residían durante siglos y hasta hace pocas décadas en casas de padres, abuelos y bisabuelos. Los pudientes, descendientes de los dueños de palacios nobles, fueron menguando sus patrimonios nobiliarios con el final de la institución del mayorazgo y división por herencias en el siglo XIX. Y cuando no reformaban los palacios por dentro y fuera a la moda de cada siglo, se mudaban a la capital del reino o a pisos nuevos, desprendiéndose de sus viejas mansiones, vendiéndolas a especuladores, hasta el abandono y demolición final. En opinión de Rubio Polo, autor de La Murcia destruida. Guía monumental fotográfica, que solo pueden adquirir en Amazon, los antiguos palacios y edificios monumentales de Murcia hubieran estado limpios, pintados y restaurados como a menudo se hace hoy en día, si se hubieran difundido imágenes de sus bellos y ricos interiores, tal vez les hubiera dado vergüenza derribarlos. Un libro de consulta imprescindible. |
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