Numerosas son las denuncias interpuestas por la Asociación de Amigos del Monasterio de San Ginés de la Jara y Ermitas del Monte Miral (ASGJ) para conseguir que los restos del Monasterio de San Ginés de la Jara, ubicados en El Beal (Cartagena), puedan recuperar sus muy nobles señas de identidad.

Este Monasterio, según la ASGJ, debería ser emblemático para un ámbito territorial mediterráneo, mayor que el que le corresponde como santo y seña del Campo de Cartagena o, incluso, de la Región de Murcia. Posiblemente, su primera fundación fuera tardorromana; acaso pudo ser una de las primeras construcciones cristianas en Hispania. Luego fue rábida musulmana, convento de agustinos, más tarde de franciscanos, y tras su desamortización, Casa de Labranza. Hoy es ruina gloriosa, pero abandonada.

El monasterio actual, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento, con fecha 28 de febrero de 1992, fue levantado entre los siglos XVI y XVII. Posee templo de una única nave, decorada al gusto de los templos murcianos del XVIII, con capillas y bienes muebles perdidos en su mayoría, torre-campanario, claustro y edificaciones anexas. A ello hay que sumar varias ermitas cercanas en el Monte Miral. Desde la Desamortización del XIX comenzó el deterioro y el saqueo continuado del inmueble.

Hispania Nostra, que lo incluyó en su Lista Roja del Patrimonio, establece que el único monasterio con supuestos orígenes medievales conservado en la Región de Murcia se encuentra en ruina por abandono, expolio y vandalismo. Su deplorable estado se agrava por la mala calidad de los materiales y por las técnicas de construcción empleadas, tanto en su origen como en las reformas efectuadas en el siglo XX.

Los integrantes de la ASGJ, pese a reclamar repetidas veces ante las autoridades competentes, no pueden visitar el monumento para constatar su estado de destrozo desde que pidieron su cierre para salvaguardar la integridad de lo que quedaba en pie. Según la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Cartagena (ADEPA), el Ayuntamiento de Cartagena pretende contra toda lógica que sea Hansa Urbana S.A, que ya no es propietaria registral del Monasterio, la que restaure pero la empresa considera que solo debe hacerlo si se desarrolla el convenio urbanístico de Novo Cartago. Por su parte el Ayuntamiento de Cartagena ni renuncia a la propiedad ni ejerce sus obligaciones como propietario del monasterio.

En septiembre de 2014, quince entidades, entre asociaciones culturales, colectivos y partidos políticos -entre ellas, Cartagena Futuro-, registraron un Manifiesto pidiendo al Ayuntamiento que, como propietario y Administración local competente sobre el Monasterio, ejecutara la Resolución de la Junta de Gobierno Local de 27 de abril de 2012 y acometiera de manera subsidiaria su restauración, reanudando de inmediato las obras iniciadas en enero de 2013. Por primera vez, asociaciones y partidos políticos se unían masivamente para reclamar por escrito a la Administración la restauración del Monasterio. El detonante fue la interrupción de las obras, que debían finalizar en enero de 2015 pero permanecen paradas desde el pasado 31 de julio, pese a la lentitud con la que ya se venían desarrollando desde que comenzaron en enero de 2013. El Manifiesto se dirigió al Ayuntamiento y a la Dirección General de Bienes Culturales (DGBC).

La última actuación ha partido de la Asociación para la Defensa Activa del Patrimonio Histórico de Nuestro Entorno (DAPHNE), que ante la desidia de la Administración local, amenaza con acudir al Ministerio de Cultura para frenar el expolio del edificio, agravado por nuevas intromisiones producidas recientemente.

La ASGJ, presidida por Javier Lorente, se ofrece a toda aquella persona, física o jurídica, que sienta interés por la causa, a fin de que pueda aunar sus inquietudes a las nuestras. Somos una Asociación sin ánimo de lucro, con firme convicción de triunfo. Necesitamos aliados, socios de cuota, entidades financieras dispuestas a colaborar, cómplices culturales, compañeros de causa, etcétera, con todo el entusiasmo imaginable.