EL EXPOLIO DE BECERRIL DE CAMPOS (PALENCIA) Y EL ARTE EN LA ESPAÑA VACIADA

12/12/2021


 

 
 
Actual retablo de la Virgen del Sagrario. Parroquia de Santa María del Sagrario de Málaga. Procede de la Iglesia de San Pedro del municipio palentino de Becerril de Campos, donde estaba dedicado a San Simón o a San Andrés. Según Pérez de Castro, el lienzo que ocupa la caja del remate no forma parte del conjunto original; la efigie de San Blas es en realidad la de San Severo, y la Virgen del Sagrario es en realidad la de la Virgen del Rosario, cuyo retablo original es el frontero que hoy ocupa San José con el Niño, procedente quizás de la Iglesia de San Pelayo, también en Becerril de Campos. Foto: Ramón Pérez de Castro.

 

La restauración de la antigua Iglesia de San Pedro, en Becerril de Campos (Palencia), para convertirla en Centro Cultural Municipal, tuvo lugar entre 2012 y 2014. El equipo técnico de la obra -llevada a cabo por Edificaciones Cabero bajo el proyecto y dirección de los arquitectos Carlos del Olmo García, Álvaro Gutiérrez Baños y Juan del Olmo García- se encontró un edificio prácticamente desaparecido y bajo las inclemencias meteorológicas.

Para el nuevo uso, fue necesario recomponer tanto su cubierta como el alzado oeste -ambos desaparecidos, junto con su torre, hace unos 50 años, época en que se desacralizó la antigua iglesia y se utilizó como granero, hasta que llegó a propiedad municipal a principios del siglo XXI-, aunque a pesar del deterioro, el edificio contaba con elementos de interés: una portada románica con delicadas arquivoltas a base de taqueados, lazos, bocel, florones en nacela, guirnalda, hojas de acanto, puntas de diamante y guirnalda de nudos, ejemplo de escultura del siglo XII; un ábside gótico en fábrica de piedra que, con sus lunetos apuntados, cuenta que tuvo bóvedas nervadas; un nicho con estrellas de ocho puntas pintadas en color rojo hace más de 500 años, que aparecieron durante los trabajos de restauración; restos de arcos y bóvedas renacentistas, con cornisas y molduras barrocas, todos ellos a punto de colapsar; una portada barroca, en la capilla del Santo Cristo del Desprecio; una pila bautismal muy deteriorada; dos lápidas sepulcrales, algún escudo en piedra, gárgola...

El último número de BSAA. Arte, revista científica de periodicidad anual que publica el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, recoge un interesante trabajo de Ramón Pérez de Castro acerca de los retablos y esculturas del referido templo que acabaron instalados en la parroquia malagueña de Santa María del Sagrario, estudiando las obras emigradas, identificando su origen y analizando su contexto de creación, con especial atención a las tallas y tipologías relacionadas con el escultor Juan Sáez de Torrecilla.

Pérez de Castro también analiza en dicha publicación cómo los imponentes templos de Becerril de Campos, localidad que llegó a tener siete parroquias en la Edad Moderna, fueron despojándose durante la década de 1940 y con relativa rapidez de buena parte de su legado artístico. Al respecto, resulta fundamental la labor de investigación y recopilación llevada a cabo por la historiadora María José Martínez Ruiz.

Por ejemplo, el retablo mayor de la Iglesia de San Miguel, de la que solo se conservan la torre y el ábside, así como dos imágenes, un frontal y un sagrario de la misma, fueron trasladados a una parroquia de Venta de Baños; si bien, tras el cierre de la misma, algunas piezas como el retablo han vuelto a Becerril y ahora forman parte de la colección que acoge la antigua Iglesia de Santa María, museo en la actualidad.

Otras obras, sin embargo, abandonaron definitivamente la localidad. Uno de los templos más desafortunados en este proceso de liquidación artística fue precisamente la Iglesia de San Pedro, del que se extrajeron cuatro retablos -el mayor y tres colaterales-, que son los que fueron trasladados a la iglesia malagueña del Sagrario para cubrir los estragos que la Guerra Civil causó en la ciudad andaluza, así como extensos zócalos de azulejos talaveranos que acabaron en edificios modernos de Palencia capital. Semejante camino siguió el retablo mayor de la Iglesia de San Pelayo, templo al que también pertenecían un grupo escultórico de la Piedad atribuido a Alejo de Vahía, que fue a parar a la colección Godia de Barcelona, así como las tablas sobre el martirio del santo pintadas por un artista anónimo, llamado precisamente "Maestro de Becerril", hoy reunidas en un retablo moderno que preside la capilla del Sagrado Corazón de Jesús de la Catedral de Málaga.

Por otro lado, los altares de la Iglesia de San Martín fueron llevados a Madrid, y una talla de San Sebastián del taller de Alejo de Vahía, procedente de la Iglesia de Santa Eugenia, se encuentra en el Museo Marés de Barcelona. El propio Federico Marés relataba en sus memorias cómo acostumbraba a recorrer los pueblos castellanos aprovechando el periodo estival, pues eran muchas las oportunidades que se ofrecían para anticuarios y coleccionistas, siendo el amplio catálogo del Museo Marés, heredero del rico legado del escultor y coleccionista, el mejor testimonio de ello.

 

 
 
 
 
Antigua Iglesia de San Pedro (Becerril de Campos), hoy desacralizada y convertida en Centro Cultural Municipal. Antes y después de la última restauración. Fotos: San Pedro Cultural.

 

Tras la investigación realizada en el Obispado de Palencia a propósito de la liquidación de obras de arte en su diócesis, se puede afirmar que desde los primeros años del siglo XX había sido Matías Vielva Ramos, canónigo, presidente de la Comisión Provincial de Monumentos y tasador habitual, el responsable de buena parte de las tasaciones de las obras de arte enajenadas en aquella diócesis. Tuvo noticia de numerosas pérdidas que no aparecen recogidas en los catálogos monumentales de la provincia y tomó parte en 1935, como canónigo de la catedral, de la venta de cuatro espléndidos tapices de Bruselas pertenecientes al tesoro capitular que hoy están en el Real Museo de Historia y Arte de Bruselas, venta que el propio Vielva se encargó de silenciar.

Durante la posguerra, en la década de 1940 e incluso en la de 1950, uno de los peritos más frecuentes del Obispado de Palencia, el sacerdote Ramón Revilla Vielva perpetuó el "modus" practicado desde décadas atrás por su tío Matías Vielva Ramos en la enajenación del patrimonio artístico diocesano; de hecho, va siendo mejor conocida su relación con el anticuario Arcadio Torres, quien adquirió gran protagonismo en las ventas de obras de arte por toda la diócesis palentina, especialmente en el ámbito conventual, en torno a los 40 y los 50.

Por desgracia, lo acontecido en Becerril de Campos no fue una excepción sino la confirmación de un enorme y generalizado desastre patrimonial que afectó a toda la región, incluida la propia catedral: retablos de Noreña, catedral de Santander, Nueva Montaña, Palacio de Saldañuela de Burgos, Santa Teresa de Madrid, Museo Marés... Solo con levantar la vista a izquierda (Paredes de Nava) y derecha (Villaumbrales) ya tenemos una muestra bien elocuente de lo acontecido, quizá solo silenciado por el tiempo y -a pesar de todo- la deslumbrante riqueza artística que aún conservan esas localidades.

Tanto Martínez Ruiz como Pérez de Castro señalan el estado de abandono en que se encontraban muchas riquezas artísticas palentinas antes del expolio, unas pérdidas que se debían mucho más a la desidia que a las revueltas. Por ejemplo, los retablos de la Iglesia de San Pedro que están en Málaga se hallaban maltrechos y en peligro de inminente destrucción por hallarse casi a la intemperie, siendo restaurados por José Navas-Parejo en Málaga para ultimar su instalación en 1945. El caso de Santa María la Real de Aguilar de Campoo es uno de los más representativos, víctima de un constante deterioro y un despojo sistemático desde la exclaustración eclesiástica hasta fechas relativamente recientes en las que, afortunadamente, ha renacido de sus propias cenizas dando origen a la Fundación de Estudios del Románico que lleva su nombre. Pero más allá de este monumento estrella, eran numerosos los pequeños templos que habían firmado su sentencia de muerte tiempo atrás. Es más, en alguna ocasión las autoridades diocesanas se habían complacido en vender sus restos como material de derribo, pero estas noticias tendieron a pasar desapercibidas.

Para Pérez de Castro, la situación y el contexto que facilitó el desgarro patrimonial de los años 40 son hoy irreproducibles en los mismos términos, pero no faltarán los desalojos artísticos en un mundo rural en abierta y libre caída demográfica. Algo de ello estamos contemplando en el presente con el frágil legado conventual. La separación de las obras de arte de su contexto secular -y más cuando se produce una "damnatio memoriae" expresa e interesada- lleva como consecuencia un empobrecimiento del valor semántico de las mismas que los historiadores del arte, como disciplina más directamente vinculada, deben remediar. Probablemente, de no haberse incardinado en el patrimonio malagueño (no tanto en la historiografía), muchas de las piezas de Becerril de Campos se habrían perdido o al menos descuartizado para que coleccionistas y anticuarios entresacaran los elementos "más valiosos" (caso de las tablas del "Maestro de Becerril" sobre San Pelayo).

Desde 2015, la Iglesia de San Pedro es San Pedro Cultural, centro multicultural y aula de astronomía donde tienen lugar exposiciones, conciertos, charlas y visitas guiadas. Tras su restauración, que respetó al máximo los elementos originales conservados -a la vez que el espíritu romántico de "ruina encontrada"- y reconstruyó los perdidos diferenciándolos claramente de aquellos -lo que no incluyó la torre, aunque la misma se insinuó en el entorno, recuadrando su planta y colocando un ciprés en su posición-, el proyecto presenta ahora una imagen escenográfica con diversos elementos astronómicos que, entre otros detalles, recrea mediante luminarias led, una visión nocturna del firmamento. Literal y metafóricamente, ha sido y será "un edificio a cielo abierto".

 

 
 
Vista interior de la Iglesia del Santa María del Sagrario de Málaga. Podemos ver los retablos procedentes de Becerril de Campos, destacando el retablo mayor plateresco, cuya composición articulada fue transformada en horizontal al ser ubicado en el templo malagueño. El segundo retablo ubicado en la nave izquierda, antes dedicado a la Virgen de Lourdes y hoy a una dolorosa con la advocación de Virgen de la Divina Providencia, albergaba en Becerril de Campos al Cristo del Desprecio o a San Andrés. Foto: Franz van Pelt.

 

FUENTES

PÉREZ DE CASTRO, Ramón. "Acervo escultórico emigrado. Sobre algunas esculturas del Sagrario de Málaga y la obra de Juan Sáez de Torrecilla", en BSAA. Arte, nº 87, Universidad de Valladolid, 2021, p. 115, 117-119 y 149.

MARTÍNEZ RUIZ, María José. "No se perdió más en la Guerra... La merma del patrimonio castellano-leonés: más debida al abandono y al negocio de antigüedades que al furor revolucionario", en Actas del Congreso Internacional "Patrimonio, Guerra Civil y posguerra", Ediciones de la Universidad Complutense de Madrid, 2010, pp. 221-222 y 225-227.

CABERO GARCÍA, Javier y DEL OLMO GARCÍA, Carlos. "Un edificio a cielo abierto", en Cercha, nº 124, abril de 2015, Madrid, Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, pp. 72-76.

 

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