Hace apenas unos meses comenzó la colaboración de una plataforma creada en 2020 para la restauración del convento franciscano de La Campana (Sevilla) con la iglesia de Santa María la Blanca de dicha localidad, pues dicho convento, dedicado a San Sebastián se encuentra desde hace años totalmente en ruinas, siendo la citada parroquial el templo que salvaguarda todas las esculturas que quedaban en la iglesia conventual.

El objetivo de la plataforma es ayudar al municipio de La Campana a recuperar el referido patrimonio conventual de manera totalmente altruista, a través de un equipo multidisciplinar conformado por los siguientes profesionales: María Asunción Mendías Mellado, Cecilia Delgado Rey y Lucía Ruiz Gómez (restauradoras), José Manuel Mesa Ocaña, (escultor) y Luis María Contreras Fajardo (fotógrafo).

La primera propuesta de la plataforma ha sido la restauración de dos valiosas obras de imaginería que proceden del convento de San Sebastián. Dichas obras son San Roque (imagen superior), una escultura que presidía el altar mayor del cenobio y que, en algún momento de su historia, llegó a procesionar, y Santa Ana y la Virgen niña, grupo escultórico que presidía uno de los altares laterales. Ambas son de madera policromada.

Para recaudar fondos de cara a este ambicioso proyecto de restauración, entidades como el ayuntamiento, la parroquia, hermandades, asociaciones, comercios y empresas de La Campana, entre otras, han organizado eventos como un concurso gastronómico, la venta de pinturas de los artistas Manuel Alejandro y Francisco Amaya Buiza, de imanes pintados por Alfonso Richarte, huchas solidarias, varias rifas y sorteos, etcétera.

Respecto a las obras que se están restaurando actualmente, San Roque es una valiosa talla del siglo XVII que forma parte del círculo de Martínez Montañés, estando cercana a los modelos de su discípulo Francisco de Ocampo. En cuanto al grupo de Santa Ana enseñando a leer a la Virgen niña (imagen superior), que presidía el retablo de la capilla que lleva el nombre de la madre de María, es anónimo del XVIII.

Otras esculturas del convento son el Cristo de la Humildad y Paciencia (imagen inferior), magnífica pieza asignada recientemente por el historiador sevillano José Roda Peña a las gubias de Benito de Hita y Castillo (siglo XVIII); un busto de Ecce Homo del siglo XVII cercano a modelos como el del "Cristo del Buen Viaje", titular de la hermandad sevillana de San Esteban; el San Ginés del año 1642, de autor anónimo sevillano, y varias tallas anónimas del siglo XVIII como las de San Antonio de Padua o San Benito de Palermo.

Construido en la primera mitad del siglo XVIII, aunque con añadidos y decoraciones posteriores, el estado actual del convento de San Sebastián es realmente preocupante, mostrando daños muy considerables en su estructura arquitectónica que afectan seriamente a la estabilidad de su cúpula y de sus muros, preocupando especialmente algunas grietas por su gran anchura y longitud.

También peligra la integridad de sus bienes muebles, como el retablo mayor, una obra de la segunda mitad del siglo XVIII con banco, un solo cuerpo de tres calles entre estípites, con policromía imitando jaspes. Este retablo se complementa con imágenes de la misma época o anteriores, trasladadas a Santa María la Blanca, conservándose únicamente en su ubicación original el titular San Sebastián, San Bernardino de Siena y San Diego de Alcalá en el ático, y el sagrario sobre cuya puerta se halla un lienzo de la Virgen Dolorosa.

El convento posee planta de cruz latina, inscrita en un rectángulo con capillas entre los contrafuertes interiores. Se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas, en el crucero, y con bóvedas de medio cañón con lunetos, en su única nave. Alberga esculturas religiosas y lienzos de los siglos XVII y XVIII.