Debido al notable retraso en la restauración del edificio, el actual deán de la Catedral de La Laguna, Julián de Armas, advirtió recientemente el peligro que corren todas las obras histórico-artísticas que alberga el inmueble, ya que la Catedral de Nuestra Señora de los Remedios lleva más de cinco año cerrada y la falta de ventilación podría hacer que se perdieran cerca de 1.300 piezas.

Los expertos también han alertado del peligro que corren las obras histórico-artísticas que alberga la Catedral, como el tabernáculo de la Capilla Mayor, realizado en 1795 por el escultor grancanario José Luján Pérez, que tiene como remate una talla anónima (siglo XVI) de Cristo Crucificado, el Cristo de los Remedios.

Destaca también el gran retablo barroco de la Virgen de los Remedios, catalogado en la primera mitad del siglo XVIII, que posee un espléndido conjunto de siete tablas atribuidas al pincel de Hendrick van Balen, maestro del famoso pintor flamenco Anton van Dyck. Otro retablo importante es el del Señor de la Columna, en estilo neoclásico. Además, se encuentran un espléndido púlpito de mármol de Carrara, obra del escultor genovés Pascuale Bocciardo (1762); un gran lienzo con el tema Las Ánimas del Purgatorio del pintor canario Cristóbal Hernández de Quintana (1651-1725), y la Santa Cena, cuadro de Juan de Miranda.

Entre las tallas destacan la Virgen de los Remedios, en madera policromada de principios del siglo XVI, quizás la primera obra de arte sacro realizada en Tenerife, el Cristo atado a la Columna (escuela genovesa del siglo XVIII) y Nuestra Señora de los Dolores, del escultor español Luis Salvador Carmona, del XVIII. También podemos mencionar una imagen de Cristo del escultor tinerfeño Fernando Estévez del Sacramento y una bellísima imagen de Nuestra Señora de La Luz, la mejor talla que posee la Catedral de La Laguna, obra, al parecer, del maestro abulense Juan Bautista Vázquez el Viejo, iniciador de la escuela sevillana en el último tercio del siglo XVI, imagen que se custodia en el Museo Catedralicio.

Cuenta también con un coro de estilo neoclásico (siglo XIX), obra del maestro Domingo Pérez, con una gran custodia labrada en plata sobredorada, de estilo rococó; con unas andas procesionales para la procesión del Corpus Christi en plata repujada; con gran número de piezas de orfebrería de las escuelas cordobesa, canaria y americana, y con una importante colección de ornamentos sagrados.