LA DEMOLICIÓN DE LA ANTIGUA ERMITA
DE SAN VICENTE DE LA ROQUETA EN VALENCIA
27/06/2009
La asociación valenciana Vía Vicentius Valentiae ha recuperado el Camino de San Vicente Mártir, un camino histórico para senderistas, ciclistas y peregrinos que rememora los pasos del Patrón de Valencia cuando, en el siglo IV, fue apresado en Zaragoza junto al Obispo Valero por los soldados romanos enviados por el Cónsul Daciano, siendo trasladado a Valencia para sufrir martirio ante la negativa a renunciar a su fe cristiana. Así, la difusión del conocimiento de este hecho provocó en los siglos siguientes una corriente de peregrinaciones desde toda Europa hasta Valencia para visitar los restos del mártir en San Vicente de la Roqueta, convirtiéndose este fenómeno en algo muy anterior a las peregrinaciones medievales a Santiago de Compostela. Mientras prisiones y lugares martiriales del santo se sucedieron en el entorno de la Almoina y la Calle del Mar de Valencia, el hito del abandono de su cuerpo en el muladar tuvo lugar a las afueras de la ciudad, lejos de la muralla romana y en el entorno de actual Plaza de España. Este era un lugar donde existía una roqueta y un humilladero cubierto llamado "Creu del Miracle" y que estaba muy cerca del Monasterio de San Vicente Mártir, lugar que después guardó el sepulcro del Santo. Esa denominación de Roqueta se aplicó tanto a la ermita que se construyó en dicho Muladar en recuerdo del Santo, como al antiguo monasterio mencionado. |
Respecto al origen de esta denominación, hay quien considera que es debido a que fue el lugar donde se le ató al santo la rueda de molino al cuello. Otros piensan que era debido a una pequeña elevación que se producía en aquel entorno pantanoso en que estaba el lugar, pero es más comúnmente aceptado que se debió a que, en el interior de la ermita, existió hasta el siglo XVIII una cueva que bien pudo ser bautizada por el pueblo valenciano con este nombre. Sus características constructivas y lo profundo de sus cimientos llevan a pensar que pudo ser un resto anterior a la conquista islámica. La cercanía de la Vía Augusta y la necrópolis paleocristiana del monasterio adjunto vendrían a dar razón a esta teoría y que pudo remontarse a la época visigoda. Es muy posible que, en los años posteriores a la conquista de Valencia por Jaime I, se levantase algún tipo de construcción en el lugar que bien pudo ser una pequeña ermita similar a las "iglesias de reconquista". Ya a finales del siglo XIV se planteó un edificio acorde con la importancia del lugar, que devino en un santuario de planta cuadrada y carácter gótico levantino llevado a cabo por la Abadía Cisterciense de Poblet y su priorato. Su puerta principal consistía en un arco de medio punto adornado con una moldura y una bóveda estrellada que estaba situada en el centro del Camino Real de Játiva. Hasta el siglo XVIII, como hemos apuntado anteriormente, no se hicieron reformas en la ermita gótica, y en el año 1738 se arrasó ésta junto con la cueva que contenía el "llit de Sant Vicent", que era una escultura de San Vicente acostado, por ser un obstáculo para la remodelación prevista y pasando a colocarse dicha escultura en una urna acristalada. Así mismo, para asegurar que tanto este nuevo santuario barroco como su espléndido altar estuviesen continuamente cuidados, se adosó al edificio una vivienda destinada a un ermitaño y que elegía el Prior del Monasterio de San Vicente. |
Numerosos avatares se sucedieron desde entonces. Con la invasión francesa, las tropas napoleónicas levantaron un campamento en la zona de la Roqueta con pésimas consecuencias para huertos y edificios, pues las tropas usaron la carpintería de estos para avivar las hogueras con que cocinaban y se calentaban. Así, fue pasto de las llamas un antiquísimo retablo con episodios del martirio de San Vicente, el cual se sustituyó por otro retablo al que se añadieron imágenes de San Bernardo de Claraval y San Bernardo de Alcira. En 1835 se produjo la ruinosa Desamortización de Mendizábal y la extinción de órdenes religiosas, lo que supuso el fin de más de 500 años de dominio de la Abadía de Poblet sobre la Roqueta, pero la ermita siguió siendo lugar de culto y destino de la romería que tenía lugar en la festividad del Santo con los populares puestos de "porrat". En 1935, la Congregación de los Claretianos quiso instalar en la ciudad de Valencia una sede permanente, estableciéndose en la ermita. Al año siguiente, con la Guerra Civil, desapareció el "llit de Sant Vicent", junto con el resto de mobiliario e imágenes. Mostramos, como curiosidad, un fragmento del dedo de la imagen desaparecida que un feligrés encontró en la calle. No obstante, el edificio no sufrió daños de excesiva consideración como sí sucedió con otros templos de Valencia. En 1947, los Claretianos adquirieron el edificio de viviendas contiguo a la ermita e hicieron lo propio con ésta, comprándosela al Arzobispado. El propósito de esta adquisición era realizar en su solar la construcción de un nuevo templo que comenzó en 1949, indignando el derribo de la ermita barroca a numerosos valencianos que veían impotentes tal atropello a la historia. Por último, en 1975 se construyó la actual Parroquia de San Vicente Mártir que sustituía a la anterior, menos funcional. Ésta conserva una lápida que recuerda el 25 aniversario de su ermita a parroquia, una cripta con un altar dedicado al santo y paneles de azulejos que relatan escenas de la vida de San Vicente (relato de su historia, la orden de retorcerlo en castellano y latín, memoria del lugar donde fue lanzado y dos paneles con la comparecencia ante Daciano y el martirio de la Almoina). También se conserva la escultura barroca que existía y parte del muro de la antigua ermita, la misma que fue injustamente derribada, como sucedió con tantas iglesias de valía del país, y que hoy recordamos con nostalgia. |
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