IMÁGENES DE LA PASIÓN NO PROCESIONALES EN LA CIUDAD DE HUELVA (I)

Jesús Abades


 

Tema dedicado a dar a conocer esas tallas pasionistas que sólo reciben culto interno en el interior de los templos onubenses. Esas imágenes que merecen una especial atención por su mérito aunque no sean cabeza de ninguna hermandad. Aquellas que muchos integrantes del gremio capillita incluirían en la nómina de titulares de sus cofradías, aun no formando parte del cortejo.

Jesús Cautivo (Parroquia de San Pedro): Una de las grandes devociones de la ciudad. Grande al igual que callada, pues de forma discreta logra una gran manifestación de fe con motivo de su festividad el primer viernes de marzo, sobre todo entre las gentes que residen en el casco histórico de la capital. Es obra del imaginero sevillano Antonio Bidón Villar (1951), quien al gubiarla, más que inspirarse directamente en el multicopiado Cristo madrileño de Medinaceli, obra del Círculo de Juan de Mesa, pareció seguir al sevillano Cautivo de San Ildefonso, talla anónima del Siglo XVIII inspirada a su vez en el Cautivo de Madrid.

Jesús Cautivo (Parroquia de Nuestra Señora del Rocío): Imagen de gran devoción en la populosa zona de Isla Chica y alrededores. Es obra del prolífico Antonio León Ortega (1962), siendo restaurado en el año 2001 por David Valenciano, consistiendo la intervención en el sellado de grietas, limpieza de la policromia y reintegracion cromatica de las partes perdidas, especialmente en la zona del pie derecho por efecto de los besapiés.

Cristo del Perdón (Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús): También de León Ortega es este Crucificado, fechable según Terriza hacia 1946 (1). Pertenece a su primera etapa, en la que muestra una mayor influencia por el estilo sevillano de imaginería, debido a su contacto con el maestro hispalense Joaquín Gómez del Castillo. Guarda gran semejanza con otras hechuras cristíferas de este periodo como el Crucificado de la Vera Cruz, de Ayamonte, o el Jesús de la Victoria, de la Cofradía onubense de Mutilados, aunque con la obra para El Polvorín se empieza a intuir la huida del estilo sevillano hacia uno más personal y sobrio que, poco tiempo después, se consagraría con el Crucificado de la Sangre para Los Estudiantes.

Cristo del Perdón (Parroquia de San Pedro): La misma advocación para otro Crucificado, tan sugestivo como poco reconocido en nuestra ciudad. Según fuentes de su antigua cofradía, es obra del imaginero sevillano Andrés Ramírez (1539), lo cual es probable en el arcaico y desproporcionado cuerpo; sin embargo, el rostro, de gran belleza y expresividad en relación con el resto de la figura, nos remite directamente al modelado del imaginero genovés, afincado en Cádiz, Francesco Maria Maggio, pese a que ni la repartida disposición del cabello ni el modelado de la cabeza, con corona de espinas tallada en el mismo bloque craneal, casen con su estilo. Estaríamos, por tanto, ante una intervención que pudo suponer el reemplazo de la primitiva mascarilla de la imagen. A favor de este argumento nos encontramos, como hemos apuntado, con la procedencia gaditana de la obra, antaño titular de la Cofradía de La Vera Cruz de Arcos de la Frontera, núcleo de la producción genovesa; el modelado de los abultados arcos supraciliares y del picudo labio superior, tan característicos del escultor, y la apacible quietud que emana del rostro. Absurdamente, se halla situado en la sacristía del templo.

Cristo de los Pobres o Cristo en su Pobreza de Belén (Parroquia de Nuestra Señora de Belén): En 1969, el Crucificado de la Misericordia, titular de la Cofradía gaditana de Las Penas, queda desmembrado a consecuencia de una desafortunada intervención: la cabeza la conserva la cofradía, con un nuevo cuerpo labrado por el imaginero sevillano Francisco Buiza Fernández, y el cuerpo antiguo, al que Buiza también le labró una nueva cabeza (cuyo modelado recuerda al Cristo de Los Estudiantes de Sevilla, obra de Juan de Mesa), se conserva en la Parroquia onubense de Belén. Recientemente, se ha descubierto que la imagen antigua, ahora dividida, es obra del escultor genovés Antonio Molinari Mariapessi, quien la realizó en 1745. Queda, por tanto, confirmada definitivamente su adscripción al círculo gaditano-genovés y descartada la errónea hipótesis que lo asignaba a las gubias del sevillano Jerónimo Roldán.


BIBLIOGRAFÍA

(1) CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. La escultura del Crucificado en la Tierra Llana de Huelva, Diputación Provincial de Huelva, 2000, pág. 343.

 

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