RESTAURACIÓN DE FERNANDO AGUADO PARA SEVILLA
Con información del autor (20/12/2024)
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La imagen del Señor de las Penas es titular de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de los Dolores, popularmente conocida como Las Penas de San Vicente por la advocación del Cristo y su sede canónica, el templo sevillano de San Vicente Mártir. La obra, realizada en madera de cedro policromada (158 cm), representa a Cristo cayendo en tierra camino del monte Calvario, apoyando las dos rodillas en el suelo. En origen fue una escultura de retablo, de ahí que presente la cabeza y el tronco totalmente girados hacia la derecha, así como un trabajo más discreto de estofado en el lado izquierdo de sus ropajes. Al respecto, conviene señalar que, en fecha indeterminada, la imagen fue mutilada para ser vestida con ropas naturales, de ahí que la túnica tallada se encuentra actualmente desmochada, y mutilados sus pliegues, para ser revestida con otra de tela, que habitualmente suele ser de terciopelo morado. Jesús se halla representado con la mirada abatida, los ojos caídos y la boca jadeante por el esfuerzo. La mano izquierda abraza fuertemente el travesaño del madero, mientras la derecha se apoya sobre el rugoso suelo, lo que junto a la flexión y el giro de ambas piernas refleja el momento en que el Redentor cae desfallecido por cargar el pesado madero sobre el hombro izquierdo, incapaz de proseguir la penosa andadura. Detalles como la afilada nariz con las aletas muy abiertas, los cabellos y la barba organizados en apelmazados mechones o la voluminosa corona de espinas, esculpida en el mismo bloque del cráneo, son propios de la estética de Pedro Roldán, de ahí que podamos considerarla obra del círculo del famoso escultor, realizada probablemente en torno a 1700. |
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La restauración efectuada por Fernando Aguado Hernández ha consistido en una actuación bastante profunda, tanto a nivel de soporte y estructuras, como a nivel del estrato de policromía, con especial atención a la peña sobre la que el Señor se apoya, que, junto con la figura de Jesús, conforman una sola pieza. Dicha peña o risco se encontraba en un estado de conservación muy deficiente, acuciado por la pérdida de funcionalidad debido a las intervenciones que ha tenido desde que la imagen comienza a procesionar, y que no terminaban de atajar sus problemas de conservación. |
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Los trabajos han consistido, principalmente, en la retirada de telas encoladas y estucadas que ocultaban la talla y tonalidad originales de la peña, las cuales han sido rescatadas y reconstruidas, extrayéndose igualmente todos los elementos metálicos más superficiales. Asimismo, se han resanado los ensambles del rostro, manos y pie del Señor, que estaban bastante afectados, y cuyas uniones, por encontrarse cubiertas de yeso, impedían ver el alcance de dichos daños. De igual manera se ha actuado en los restos de la túnica de talla original del Cristo, respetando en todo momento su concepción primigenia. En cuanto al estrato de policromía, se ha rescatado la original, como así han confirmado los análisis de muestra realizados por la empresa Sanit-ARTE (Universidad Pablo de Olavide), la cual se encontraba oculta bajo barnices y repintes, siendo algunos anteriores al siglo XIX. La corona de espinas del Cristo ha sido consolidada rescatando su tonalidad original de la que quedaban algunos restos, sustituyendo todas las espinas y añadiendo las perdidas. También se ha sustituido el sistema de unión de la mano izquierda, manteniéndose en cambio el de sujeción de las tres cruces que usa el Señor de las Penas, según lo acordado con la comisión de seguimiento. |
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En todo momento, Fernando Aguado ha trabajado preservando la antigüedad del Señor de las Penas y su expresión adquirida en la modificación efectuada en el siglo XIX, cuando manos anónimas policromaron sus ojos, otorgándosele la mirada que conocemos actualmente. Otra restauración conocida fue la de 1980, realizada por Rafael Barbero Medina -autor de la espléndida decoración escultórica en madera y marfil de las andas procesionales-, quien resanó los ensambles de la talla, repuso espinas perdidas de la corona, encarnó la nariz, y limpió la frente y los pabellones auditivos. |
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