Bajo la advocación del Dulce Nombre de María, la escultora gaditana presenta una Virgen Dolorosa tallada en madera de cedro policromada al óleo para vestir, con una altura de 160 cm, cuyo destino es la devoción particular de la familia Ruiz Berdasco en la localidad malagueña de Álora.

Por petición expresa de la familia que ha realizado el encargo, la imagen luce ojos de tonalidades verdes y muestra en su rostro un dulcificado sentimiento trágico, propio de los oratorios privados andaluces, alejados por lo general de la exaltación trágica en sus figuras marianas.

Elementos postizos habituales de la artista, como las pestañas naturales y los dientes protésicos en sus labios, enmarcando la lengua tallada en su interior, realzan el realismo de una obra que responde a la interpretación de María como una joven doncella. Tanto el atuendo como su diseño han corrido a cargo de David Calleja.