La imagen de Jesús Nazareno fue realizada por el escultor e imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci en 1938. Es una imagen de vestir con una clara influencia en la composición de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder de Sevilla, con una potente zancada y una configuración de la cabeza que recuerda positivamente a la imagen tallada por Juan de Mesa en 1620.

Los trabajos realizados por la restauradora sevillana Carmen Bahíma sobre esta imagen han devuelto al nazareno malagueño todo el esplendor perdido tras unas intervenciones pasadas que se habían alterado de manera considerable. Se realizó un TAC para conocer el estado de conservación interno de la figura, especialmente en los ensambles de las distintas piezas que componen el cuerpo.

Se ha llevado a cabo una limpieza química y mecánica de la policromía, eliminando los repintes aplicados con muy mala factura, especialmente en las piernas y las manos.

Las actuaciones sobre la peana del Nazareno han consistido en la estabilización de la imagen y el afianzamiento de su sujeción, que había sufrido un deterioro notable a causa de una deficiente colocación en la misma y de un considerable ataque de insectos xilófagos.

Los brazos han sido sustituidos por unos nuevos con sistema de rótulas para favorecer el movimiento y sujeción, especialmente durante la salida procesional que es cuando mayor movimiento sufren.

En cuanto a la estructura del cuerpo, la consolidación de los ensambles de la cintura ha sido la principal labor junto con la estabilización de los ensambles de los pies. También se ha dispuesto un sistema de sujeción apropiado para la nueva cruz hueca en madera de cedro.

Para una mejor sujeción de las potencias, se colocaron un nuevo sistema de anclaje que aporta mayor seguridad y durabilidad. Las actuaciones en la corona de espinas consistieron en la reposición de las pequeñas espinas que habían sido mutiladas, y de las que se conservaban muy pocas.

Por último, se reintegraron las distintas lagunas de color y la gran cantidad de desgastes de la policromía, fruto de agresivas limpiezas que sufrió la imagen en el pasado.