Jaume Plensa (Barcelona, 1955) presenta sus creaciones por primera vez en la Galería Senda de Barcelona (Trafalgar, 32) con El bosque blanco (El bosc blanc), una exposición compuesta en su mayoría por esculturas labradas en el periodo 2014-2016 que representan bustos de niñas de entre 8 y 14 años de edad.

Las piezas son esculpidas por Plensa en un molde de madera, luego son fundidas en bronce y finalmente el artista les aplica una pátina de color blanco para imprimirles serenidad, dulzura y pureza. Se encuentran algo elevadas sobre una base también de madera con el fin de transmitir elevación espiritual.

Las esculturas son de tamaño inferior del habitualmente empleado por Plensa, quien busca con ellas, además del diálogo con los visitantes, reflejar las singularidades que tiene cada ser humano y el cambio que se produce en sus facciones cuando pasa por la vertiginosa etapa de la adolescencia.

Jaume Plensa acompaña sus esculturas, todas ellas con los ojos cerrados para transmitir introspección y misticismo, con una acción en las paredes de la galería, en las que ha dibujado rostros juveniles realizados con grafito directamente en la pared para "envolver" una exposición basada en rostros reales de niñas.