NUEVA OBRA DE ANTONIO BERNAL
21/10/2014
Esta representación de la Virgen del Carmen, sedente con el Niño en su regazo, posee la cabellera ligeramente tapada por una mantilla blanca que también oculta parcialmente el manto que cubre su espalda. Presentada hace unos días en el convento cordobés de San José (San Cayetano), ha sido labrada por Antonio Bernal Redondo para la iglesia toledana de los Carmelitas Descalzos. El largo cabello de la Señora está resuelto en ondeados mechones pintados en tonos castaños. Su aniñado y fino semblante muestra ojos pardos con pestañas superiores postizas, nariz de perfil recto, mejillas con suave volumen y labios cerrados que sugieren una agradable sonrisa. El mentón en su línea es puntiagudo. El cuello es cilíndrico. Respecto a las detallistas manos, una sostiene al pequeño Jesús mientras la otra sujeta el cetro, símbolo de su realeza, y el escapulario que ofrece a las ánimas. La imagen del Niño posee una fisonomía similar, con las redondeces casi ovales propias de los simulacros infantiles. Al igual que la Madre, está muy bien proporcionado y anatómicamente es de exquisito detalle. Su rostro, tocado también con pestañas naturales, es más expresivo. En su mano izquierda lleva otro escapulario mientras con la derecha bendice a las benditas almas del Purgatorio. La obra en general, que será bendecida en Toledo el próximo 16 de julio, muestra notable virtuosismo y brillantez en todos sus detalles. La policromía es de tonos brillosos y sonrosados. María posee los pies tallados y calzados con sandalias, adelantado el derecho que reposa sobre un escabel. Tanto el hábito, compuesto por piezas antiguas, como los elementos de orfebrería cincelados por el orfebre cordobés Emilio León son de gran vistosidad, destacando la corona realizada en plata dorada y pedrería. |
Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.
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