Se trata de un conjunto escultórico de María con el Niño, a tamaño inferior del natural, que responde a la iconografía de la Virgen de la Leche. Ha sido realizado para acompañar a un San José (2011) de 94 cm del propio artista. De esta manera, ambas figuras completan el grupo de la Sagrada Familia. La obra mariana es de vestir, mientras que el Niño Jesús se ha realizado en toda su anatomía para permanecer desnudo.

La Virgen, sedente, sostiene amorosamente al Niño para darle de mamar, quedando un pecho al descubierto. Gira e inclina la cabeza hacia su izquierda buscando al hijo con la mirada, lo cual queda enfatizado por la cuidada anatomía del cuello. El cabello está partido en el centro y peinado por detrás hacia la izquierda, asomando un mechón sobre el hombro. Las orejas se hallan preparadas para lucir pendientes. Por debajo de la saya apreciamos el cuidadoso trabajo de talla en los pies calzados con sandalias.

El Niño, acabado en toda su blanda anatomía, aparece despierto y con una mano en ademán de agarrar el pecho. Su cabello ha sido representado corto y de un tono más claro que el de la Virgen.

Tanto el Niño como la Virgen han sido policromados al óleo a pulimento, llevando la Señora pestañas de pelo natural en los párpados superiores. La Virgen aparece ataviada para la galería fotográfica por el vestidor sanluqueño Eusebio Romero Ibáñez, correspondiendo las instantáneas al estudio fotográfico Bilitis.