De la última creación llevada a cabo por el artista Sebastián Montes Carpio les dimos noticia el pasado 27 de enero. Se trata de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, una bella efigie de cabellos castaños y conmovedor semblante que, desde el pasado 13 de mayo, es la titular del Apostolado Mundial de Fátima en Córdoba y recibe culto en la Basílica del Juramento de San Rafael de dicha ciudad andaluza.

La obra se encuentra labrada en madera de cedro real, con policromía al óleo. Representa a María en su famosa advocación del Rosario de Fátima, aunque con una nueva visión de tan popular iconografía, ya que no es una talla completa, pues el escultor e imaginero cordobés la ha preparado para que sea vestida con tejidos naturales, y, también a diferencia de lo habitual, pues sus representaciones suelen ser de pequeño formato, es de un tamaño poco inferior al natural.

La imagen mariana, ataviada con ropas blancas, como afirmaron Lucía dos Santos y Jacinta y Francisco Marto, se posa sobre una nube plateada y dorada en oro fino, con estofados al temple. En la nube, que sirve de escabel a la figura, aparecen tres palomas, símbolo de los tres pastorcillos de Fátima; llevando una de ellas sobre su pico una rama de olivo, cincelada en plata de ley, símbolo del mensaje de paz transmitido durante las apariciones.