Dos trípticos realizados para el nuevo paso procesional del Santo Entierro de Cieza (Murcia), encargado por la Cofradía de la Samaritana de dicha localidad, con sede en la Basílica de la Asunción. Estas piezas se sitúan en los laterales de unas andas que han sido talladas en estilo neogótico por Javier Bernal.

Un tríptico representa en su panel central la Sagrada Lanzada de Cristo, cuando el soldado romano Longinos, a caballo, acaba de atravesar con su lanza el costado derecho de Jesús, del que brota un caudal de sangre y agua. En los laterales aparecen la Virgen dolorosa y el apóstol Juan con el evangelio en sus manos, a modo de Calvario o Stabat Mater.

El otro tríptico muestra en su tabla central el momento en que Jesús abre las puertas del infierno, también conocido como Anastasis, cuando los justos de la tierra son liberados del averno y de la muerte para alcanzar la gloria celestial. En este caso, los laterales son ocupados por las figuras de Eva y Adán, cuya presencia obedece a lo narrado en los textos sagrados: Cristo extendió su mano hacia Adán para sacarlo de las profundidades de la tierra, mientras que otros santos y justos esperaban la redención.

Se unen así dos devociones muy arraigadas en la Región de Murcia: el descenso a los infiernos, del que incluso existen representaciones escultóricas en localidades como Archena o la misma Cieza, y la devoción a la sangre de Cristo, con la figura del crucificado de Nicolás de Bussy como cabeza de serie.

Para ambos óleos, el pintor murciano ha optado por una estética medieval, acorde con la armonía gótica del conjunto; concretamente, con la escuela de los primitivos flamencos, lo cual le ha aportado artísticamente un soplo de aire fresco en un proceso creativo diferente, con referencias sublimes, colores vivos y naturales, y proporciones menos ortodoxas, compensándolo todo con un detallismo más concienzudo.