Talla en madera policromada de Cristo vivo en la cruz que ha recibido la peculiar advocación de Santísimo Cristo del Talón por el novedoso enclavamiento que presenta en su pie derecho, atravesando el calcáneo o hueso del talón para fijarlo al madero, tal y como han revelado los escasos restos arqueológicos que se conservan de los distintos métodos de crucifixión que los romanos empleaban en tiempos de Jesús.

Las dimensiones del crucificado, cuyo destino es una colección privada de Alhama de Murcia, son de 125 x 104 cm, alcanzando con la cruz los 235 x 125 cm. Con este nuevo acercamiento del escultor e imaginero murciano Galo Conesa a la crucifixión de Cristo, observamos la variante de los cuatro clavos, si bien el pie izquierdo ha sido clavado al stipes por su planta, siguiendo la iconografía tradicional.

La cabeza muestra la mirada atenta hacia el espectador, recurriendo el autor a unos grandes ojos de tonos verde claro para hacerla más profunda y penetrante. Las ramas de la corona han sido talladas en el mismo bloque craneal, causando laceraciones que se extienden a toda la anatomía, sobre todo la espalda. Otro detalle singular de la escultura es el perizoma, con una larga banda que simula ser mecida por el viento a su derecha.