Dolorosa realizada a tamaño natural (mide 170 cm de altura) para la localidad granadina de Pinos Puente, imagen mariana de candelero para vestir que muestra una evidente inspiración en la escultura sacra realizada por la Escuela granadina del Barroco durante los siglos XVII, XVIII y XIX.

Con esta obra el escultor e imaginero de Vélez-Málaga homenajea a los maestros escultores que conformaron dicha corriente escultórica de fama mundial; los cuales tuvieron continuidad en el siglo XX con la excelente producción de Domingo Sánchez Mesa, especialmente prolífico en la localidad natal de Israel Cornejo.

La talla para Pinos Puente muestra a María como una joven doliente de facciones semíticas. Su rostro tiene los rasgos propios del barroco granadino: nariz aguileña, boca cerrada, ojos hinchados por el llanto y enrojecidos, y una policromía marfileña -al igual que la de las manos-, trabajada a base de veladuras.

La Virgen gira su cabeza al lado derecho y baja su mirada. Los párpados, entornados, dejan lucir los ojos de cristal -entonados en color marrón- y dejan resbalar cinco lágrimas -también de cristal- en referencia a los misterios del Santo Rosario. Se halla peinada con raya central, descubriendo los pabellones auditivos.

Por su condición de efigie vestidera, posee los brazos articulados, así como dos juegos de manos: uno las presenta abiertas, en actitud coloquial, y el otro unidas -muy típicas del barroco de Granada-, lo que potencia el semblante doliente y reflexivo de esta dolorosa heredera de tan piadosos modelos.