En el año 2017 fue devuelto a la parroquia murciana de San Pedro Apóstol el libro correspondiente a las cuentas y cabildos de la ilustre Cofradía de la Gloriosísima Virgen e ínclita mártir Santa Bárbara, corporación extinta fundada en el año 1729 por el párroco de San Pedro.

Entre los datos allí recogidos, aparecía el "ajuste de la imagen de Santa Bárbara", es decir, el acuerdo alcanzado entre la extinta corporación y el prestigioso escultor murciano Francisco Salzillo para la ejecución de la imagen titular y un ángel que "pareciese bajara a la santa una corona de flores", así como la palma del martirio y una torre con tres ventanas.

De aquel conjunto, pasados los destrozos de 1936, sólo restó la talla de Santa Bárbara, situada en su retablo del crucero del templo murciano. La pequeña talla que coronaba a la mártir desapareció en la contienda, conservándose una foto con escasa nitidez del conjunto en su camarín.

Este hallazgo documental alentó al párroco y feligreses de San Pedro a completar la escena de la glorificación de Santa Bárbara, tal y como fue concebida por sus cofrades y encargada a Francisco Salzillo en el año 1730. De este modo se pusieron en contacto con el escultor e imaginero alicantino Ramón Cuenca Santo, quien ha sido el encargado de materializar esta compleja encomienda.

La nueva talla no responde a una copia de la efigie desaparecida, sino que se trata de una versión personal en la que el estilo del escultor se entremezcla con determinados estilemas del maestro murciano con el fin de lograr una buena integración del conjunto.

El nuevo ángel de Ramón Cuenca Santo ha sido realizado en su estudio de Cox (Alicante) en madera de cedro policromada al óleo, dorada y posteriormente estofada, presentando ojos de vidrio pintados a mano en su cara posterior y pestañas de pelo natural en los párpados superiores.