La última dolorosa del escultor e imaginero de Palma del Río (Córdoba), bajo la advocación de Santa María de la Antigua, ha sido realizada para el Grupo Parroquial del mismo nombre de la ciudad de Huelva, cuya titular mariana recibirá culto público. Hablamos de una obra a tamaño natural y de candelero para vestir, tallada en madera de cedro y policromada al óleo. Posee pestañas de pelo natural y lagrimas de cristal.

La figura femenina muestra una angustia contenida a través de un rostro de gran fineza, provisto de ojos rasgados, perfil plano, mentón marcado y centrado por sutil hoyuelo, cejas largas y finas, y boca entreabierta de rojizos labios con el interior completamente anatomizado. Las manos, fuertemente entrecruzadas, acusan más el dolor que la embarga. Todo el simulacro busca conmover pero sin exagerar la tragedia ni el patetismo.