El nuevo Cristo de la Clemencia es un simulacro de Jesús orando en el Monte Calvario durante los instantes previos a su Crucifixión. Aparece solo, arrodillado y con los brazos abiertos en ademán implorante. Ha sido labrado por el escultor e imaginero sevillano en madera de cedro, policromada al óleo, con los ojos de cascarilla de cristal, pintados a mano siguiendo la técnica de maestros como Pablo de Rojas o Pedro de Mena.

Concebido para ser contemplado a gran altura, se encuentra modelado, por petición expresa de su cofradía y con la plena aceptación por parte del autor, siguiendo criterios realistas pero evitando excesos teatrales y cruentos. Venas, pliegues de la piel, músculos y tendones quedan resaltados sin incurrir en estridencias. Lo mismo ocurre en la recreación de las heridas, apreciándose especialmente el látigo en la espalda y las vías de sangre que surcan la frente como consecuencia de las lesiones producidas por la corona de espinas, que es superpuesta.

La actitud del Varón es de avance, estando inmortalizado en el instante en que todo su peso queda descargado sobre la rodilla derecha. El singular perizoma, de gran vuelo, se halla formado por dos telas, actuando una a modo de cordón que deja al descubierto la zona inguinal. El cabello se muestra alborotado, sin raya al centro, y los suplicantes labios tienen en su interior los dientes y la lengua tallados. Un fuerte golpe le ha fracturado el pómulo izquierdo, ambos oídos aparecen reventados e incluso la bífida barba deja ver restos de sangre.

La advocación del Cristo hace referencia al momento en que Jesús, hallándose en pleno martirio, pide clemencia por los hombres a Dios Padre, tal es su entrega al sacrificio por la redención humana. No en vano, el punto de referencia de esta efigie es el vallisoletano Cristo del Perdón, obra del escultor Bernardo del Rincón, si bien no cabe hablar de inspiración, pues Luis Álvarez Duarte lleva el concepto a su propio terreno con notables diferencias respecto a la talla castellana.

Las carnaciones han sido aplicadas en tonos suavemente tostados, incidiendo en todo momento en el carácter absolutamente devocional de la escultura. El torso, levemente inclinado, no impide que la cabeza quede en posición frontal y la mirada levemente elevada hacia el cielo. Para algunas gotas de sangre se ha utilizado cristal de color rojo oscuro. La altura de la imagen es de, aproximadamente, 130 centímetros.

Si pulsan en el icono que encabeza la noticia, podrán ver una galería fotográfica de un Cristo que acaba de ser bendecido en Hellín, contando el acto con la intervención de la cantante malagueña Diana Navarro. Las fotografías corresponden a su llegada al templo sevillano del Cachorro, donde quedó expuesto el pasado miércoles para el público de Sevilla. La cofradía que lleva su nombre, fundada en 2006, lo sacará en procesión el próximo Jueves Santo y, cada diez años el Viernes Santo, en la procesión matinal de la Bajada del Calvario. El paso ha sido encargado al tallista Francisco Pineda, y el estandarte a la bordadora Rosario Bernardino.