La nueva imagen del escultor sevillano es una alegoría denominada El Triunfo de la Eucaristía. Pertenece a la Hermandad de la Sagrada Cena de Cáceres, en cuyo desfile procesional participó el pasado Jueves Santo por las calles de la ciudad extremeña. Muestra un arcángel en actitud letífica portando un cáliz con la Sagrada Forma, presentándolo al espectador. El arcángel aparece con las alas desplegadas simulando el vuelo, sobre una nube en las que resaltan tres cabezas aladas de querubines. La postura en la que se presenta dicha figura es un escorzo, potenciando de este modo el dinamismo que se ha pretendido infundir al conjunto.

Se trata de una efigie que alcanza una altura total de 183 cm, tallada en madera de cedro real y ahuecada por completo para aliviar su peso. El dorado de las vestimentas ha sido totalmente realizado en oro de ley mediante la técnica del dorado al agua por los doradores Abel y Justi. En el estofado se han utilizado las técnicas tradicionales del temple al huevo, combinando para ello el temple graso y el magro. El cáliz ha sido ensamblado y torneado por el carpintero Enrique Gonzálvez González y labrado por el tallista Francisco Verdugo.

La ornamentación de esta obra escultórica consiste en motivos vegetales de caracteres acordes con la línea barroca en la que la misma se sitúa, completándose su aderezo con partes en relieves integradas en la propia decoración, así como con cristales de diversos colores e incrustaciones en nácar. La policromía ha sido aplicada al óleo, tanto en el caso de la figura principal como en los querubines de la peana, llevando a cabo tipos de carnaciones distintas para cada imagen en particular. Se ha optado por policromar las alas en una tonalidad clara, sin dorar ni estofar con la pretensión de no sobrecargar cromáticamente la composición.