Escultura de San Benito Abad tallada en madera de cedro por el joven escultor e imaginero Antonio Jesús Dubé Herdugo para el retablo mayor de la Parroquia de San Miguel de Morón de la Frontera (Sevilla).

El templo ha sido recientemente restaurado debido a filtraciones provocadas por aguas subterráneas, que habían afectado sobre todo a la solería, el crucero, los muros y el presbiterio, espacio donde se ubica dicho retablo, una interesante pieza catalogada dentro de la producción de Jerónimo Velázquez.

El santo, fundador de la Orden Benedictina y patrón de Europa, es una obra de tamaño natural (mide 170 cm de altura) ricamente policromada, dorada y estofada en oro. Ha sido colocada en la hornacina izquierda del primer cuerpo del retablo, junto al titular de la iglesia y la imagen de la Inmaculada Concepción.

La efigie escenifica el intento de envenenamiento que sufrió el santo, al que enviaron un pan diciéndole que era bendito; sin embargo, San Benito advirtió la trama y entregó el pan a un cuervo para que se lo llevara lejos.