CENTROS Y PERIFERIAS EN LA ESCULTURA ANDALUZA E HISPANOAMERICANA DEL XVIII
11/03/2025
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Foto: Luis Manuel Gómez Pozo |
La dialéctica centro-periferia en lo que a la producción artística se refiere es objeto de análisis permanente en la historiografía del arte más reciente. Ello conduce a replantearse los espacios, proyecciones y condiciones de la producción de obras de arte que en esta publicación colectiva son objeto de revisión en el campo de la escultura del Barroco final en dos significativos ámbitos de la monarquía hispánica, como son Andalucía e Hispanoamérica, que interactúan durante los siglos de la Edad Moderna. En Centros y periferias en la escultura andaluza e hispanoamericana del siglo XVIII (Tirant Lo Blanch) se consolida una línea de trabajo desarrollada a través de cinco proyectos de investigación sucesivos que han abordado de modo sistemático el estudio de la escultura en comunidad o en paralelismo en ambos territorios. En el proyecto que nos ocupa, correspondiente al ámbito temporal de la segunda mitad del Setecientos, se ha querido contemplar la dialéctica anunciada desde diversas perspectivas, tanto desde la óptica de los núcleos productivos como desde la individualidad del artista, tanto desde las escuelas tradicionalmente estudiadas como desde los núcleos emergentes, tanto desde Andalucía como desde los territorios de ultramar, entendidos en sentido amplio al contemplar también el singular ámbito de la eboraria hispano-filipina. Con ello se demuestra lo poliédrico del fenómeno al que los ensayos aquí acopiados pretenden arrojar luz. Así, Juan Jesús López-Guadalupe Muñoz nos habla de la resistencia al ocaso de la Escuela Granadina en el siglo XVIII, Manuel García Luque aborda la figura del escultor Blas Molner, a caballo entre el Barroco y el Academicismo, y José Roda Peña hace lo mismo con Cristóbal Ramos, escultor en barro y no en madera. Por su parte, José Antonio Díaz Gómez se ocupa de Juan de Salazar Palomino (1718-1790), un escultor entre la crisis y la supervivencia del barroco granadino, mientras que Juan Luque Carrillo hace una síntesis interpretativa de la escultura del siglo XVIII en la comarca cordobesa de la Subbética. El estudio del escultor malagueño Fernando Ortiz y su proyección artística exterior lo aborda José Luis Romero Torres. Otras figuras escultóricas de gran importancia en la Málaga del XVIII, los Asensio de la Cerda, son objeto de reflexiones y nuevas atribuciones por parte Juan Antonio Sánchez López y Sergio Ramírez González, ambos editores de Centros y periferias en la escultura andaluza e hispanoamericana del siglo XVIII junto con Juan Jesús López-Guadalupe Muñoz. |
Sergio Ramírez González también se ocupa, junto con Jorge Alberto Jordán Fernández, de la escultura de la Ermita de los Remedios de Estepa (Sevilla) desde unas perspectivas diacrónica y sincrónica. Por otro lado, la iconografía del Nazareno en la escultura procesional de la Málaga del siglo XVIII es abordada por Javier González Torres. El papel del escultor como creador de modelos para la fábrica de plata en el contexto cordobés del setecientos es analizado por José Galisteo Martínez. En el ámbito jerezano, el escultor Francisco Camacho de Mendoza es un creador fundamental, siendo enriquecida su biografía y su producción artística por José Manuel Moreno Arana. Un estudio similar hace Policarpo Cruz Cabrera del escultor itinerante José de Medina Anaya. De la escultura en Cádiz y la Academia de San Fernando, concretamente dos proyectos frustrados de Cosme Velázquez, José Fernández Guerrero y Antonio Solá, se encarga Álvaro Recio Mir. Por su parte, María del Mar Nicolás Martínez nos habla del control y la censura de la Real Cámara y de la Academia de San Fernando sobre la escultura en Almería. Y nuevamente un capítulo de Juan Antonio Sánchez López en Centros y periferias en la escultura andaluza e hispanoamericana del siglo XVIII para hablarnos del magisterio italiano y la escultura setecentista en España y Portugal, en concreto los casos de Giovan Domenico Olivieri y Alessandro Giusti. Ciñéndonos a Hispanoamérica, Oscar Flores Flores realiza un acercamiento a la obra de Juan de Rojas, Mateo de Pinos y Jerónimo de Balbás y su influencia en la conformación de un nuevo repertorio formal en la retablística barroca de la Nueva España en la primera mitad del siglo XVIII. De la transición entre el arte escultórico barroco y el neoclásico en Guatemala se ocupa Brenda Janeth Porras Godoy, mientras que el estudio de Popayán como centro escultórico en el XVIII corre a cargo de Francisco Javier Herrera García. Por último, Manuel Valiñas López y Ana Ruiz Gutiérrez cierran el volumen con el arte belenista en la Escuela Quiteña y la eboraria hispanofilipina con destino a Andalucía, respectivamente. |
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Foto: Luis Manuel Gómez Pozo |
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