LA ROLDANA, AUTORA DE LA VIRGEN DE LA
ESTRELLA (SEVILLA) Y DEL
NIÑO DEL DOLOR (IGLESIA DE SAN FERMÍN DE LOS NAVARROS DE MADRID)
22/02/2007
Así lo aseguran los investigadores gaditanos Lorenzo Alonso de la Sierra y Francisco Espinosa de los Monteros, quienes han publicado un artículo en el que hacen un repaso a la obra gaditana de la escultora Luisa Ignacia Roldán. El matrimonio formado por la escultora y su esposo, el también escultor Luis Antonio de los Arcos, permanece entre 1687 y 1688 en Cádiz, donde acuden para elaborar la imaginería del Monumento Eucarístico de la Semana Santa de la catedral, para el que realizan ocho pequeños ángeles pasionistas. En esa época se le documentan las imágenes de San Servando y San Germán, patronos de Cádiz, el grupo del Tránsito de la Magdalena (desaparecido en la explosión de 1948), la imagen de la Magdalena para la Cofradía del Nazareno de Cádiz (desaparecida en 1936) y la Virgen de la Soledad de Puerto Real (aparte del Ecce Homo de la catedral, que se realiza en 1684 y que pertenece a la etapa sevillana de la artista). Asimismo se le atribuyen con fundamento las imágenes de San Antonio de la Catedral Vieja, el grupo de la Sagrada Familia del convento de las descalzas de la Piedad y las tallas de San José y San Juan Bautista de la Parroquia de San Antonio y, últimamente, el San Francisco de candelero conservado en el convento de Regina Coeli de Sanlúcar de Barrameda, o el barro del convento de Jesús Nazareno de Chiclana de la Frontera. En el antiguo convento de Mínimos de la Victoria de Puerto Real estos investigadores han encontrado que, aparte de la documentada Virgen de la Soledad y de la imagen del Cristo Yacente (que sí que se sabía que se dona en 1688 al convento), se realizan entre los años 1687 y 1688 las imágenes de la Virgen de la Victoria (desaparecida) y un San Francisco de Paula que afortunadamente se conserva. Los investigadores gaditanos atribuyen esta imagen con seguridad en base a las evidentes afinidades que presenta con obras documentadas de la escultora, como el San Ginés de la Jara del Jean Paul Getty Museum de Los Ángeles. La imagen era primitivamente de talla completa con un rico estofado pero en el siglo XVIII es mutilada para poder vestirla aunque se conservan restos de la policromía que a buen seguro ejecutó Tomás de los Arcos, hermano de Luis Antonio. Un análisis detallado de la obra de la escultora hace que se refuerce la atribución de la imagen del Cristo Yacente, el cual comparte detalles constructivos también con la imagen del San Francisco de Paula. Es esta una talla que en la actualidad luce una policromía típicamente genovesa procedente de un repinte efectuado a mediados del siglo XVIII que viene confundiendo a muchos investigadores. Todos estos datos apuntan sin lugar a dudas a una actividad intensa del matrimonio De los Arcos-Roldán para el convento de los mínimos puertorrealeño, que debió extenderse más aún, pues es muy posible que por estas fechas se construyese el primitivo retablo mayor que presidiría la Virgen de la Victoria. Desde esta perspectiva no resulta nada extraño que los escultores donasen en 1688 la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, gesto que sin duda indica una estrecha relación y un compromiso para con sus clientes. |
Según estos investigadores, el mejor conocimiento de la técnica y obra de la escultora hace que ahora se puedan descartar con facilidad algunas atribuciones tradicionales a la escultora, caso de la Virgen de Regla de la cofradía sevillana de los Panaderos. Asimismo proponen una serie de nuevas atribuciones novedosas basadas en el estudio y comparación con obras documentadas. Proponen así que la Virgen de la Estrella de la homónima hermandad sevillana sería una obra de primera mano de Luisa Roldán, realizada en el período sevillano de la artista. Esta hermandad residía curiosamente en el convento de Mínimos de Sevilla y hasta 1674 no pasa a ser penitencial al fusionarse con la de Jesús de las Penas. La comparación de esta excelente dolorosa sevillana con la Virgen de la Soledad de Puerto Real (cuyas manos tienen un sorprendente parecido con las de la Virgen de la Estrella), el San Servando de la catedral gaditana o la desaparecida imagen de María Magdalena de la Cofradía del Nazareno de Cádiz muestra rasgos comunes como, entre otros, la significativa forma de resolver la boca, carnosa y con el labio inferior caído en gesto de dolor acentuado, y el labio superior coronado por un característico hoyuelo. En relación con las mencionadas tallas y con la del documentado Jesús Nazareno de Sisante (Cuenca), proponen estos investigadores la atribución del Niño Jesús del Dolor (imagen inferior) de San Fermín de los Navarros (Madrid), imagen donada a esta congregación por la reina Mariana de Neoburgo, esposa del monarca Carlos II de quien La Roldana fue escultora de Cámara. Esta imagen de excepcional calidad está tradicionalmente atribuida a Alonso Cano pero los investigadores opinan que ese dramatismo es de clara progenie roldanesca y un repaso a los rasgos del rostro, de la cabellera, de la composición, en resumen, del espíritu que la anima, los lleva sin dudarlo hacia Luisa Ignacia. Por último, y por sus semejanzas con la anterior, atribuyen también una imagen del Niño Jesús Nazareno que se conserva en la actualidad en el convento de Capuchinas de Alcobendas (Madrid), procedente del homónimo cenobio madrileño de la calle Barquillo y cuya expresión recuerda aún más si cabe a la Virgen de la Estrella. Esta imagen se encuentra de nuevo atribuida a Alonso Cano e incluso a Pedro de Mena pero, por las mismas razones antes referenciadas para la imagen de San Fermín de los Navarros, la adjudican a Luisa Roldán. |
Fotografía a color de la Dolorosa de Ricardo Calvo León
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