La obra fue terminada el pasado 16 de septiembre después de dos meses de trabajo. Se trata de un óleo sobre tabla que mide 140 x 120 cm y representa, a tamaño natural, a la Virgen de los Dolores; una obra realizada en 1910 por el escultor murciano Francisco Sánchez Araciel (1851-1918), siguiendo los cánones del maestro murciano Salzillo, que recibe culto en la Parroquia de San Sebastián del municipio sevillano de Estepa.

La imagen se halla representada al modo pagano, tan propio de algunas Madonnas del Renacimiento, prescindiendo de las preseas, los atavíos brocados o bordados que suele llevar, y demás atributos propios de su condición de imagen mariana integrada dentro de los desfiles de penitencia andaluces.

La Virgen de los Dolores, cuya impronta el autor recrea fielmente, dirige su angustiada mirada al templo donde reside ella y su cofradía; la de Jesús Nazareno, cuyo titular es una magnífica obra de Luis Salvador Carmona. A la izquierda de la Virgen, aparece la Ermita de Santa Ana de Estepa, símbolo de la madre de María.

La pintura ha sido obsequiada por el joven pintor a la Cofradía del Nazareno de Estepa, su localidad natal, por cumplirse este año el Centenario de la hechura de la Virgen de los Dolores, muy reformada en 1960 por el artista estepeño Manuel Escamilla Macías para eliminarle la elevación de la cabeza y variarle la postura de los abiertos brazos, alejándola así de la estética salzillesca con el fin de adaptarla a los gustos sevillanos del momento.