DESCUBIERTA EN FRANCIA UNA ESCULTURA DE BERNINI EN PARADERO DESCONOCIDO

16/07/2024


 

 

El historiador del arte italiano Maichol Clemente, especialista en escultura veneciana de los siglos XVII y XVIII, ha dado recientemente a conocer en la página de arte italiana Il Giornale dell'Arte el hallazgo de una obra del gran escultor barroco Gian Lorenzo Bernini que se encontraba en paradero desconocido. Se trata de una escultura de San Sebastián que recibe culto en la iglesia de San Martín del pequeño municipio francés de Jouy-en-Josas, cercano a París y Versalles.

La escultura fue encargada a Bernini en Roma por el cardenal Pietro Aldobrandini en 1618, cuando el artista solo tenía 20 años de edad, y fue dada a conocer por los expertos, a través de documentos publicados en 2001 en Art Bulletin, como el primer encargo realizado por Bernini en solitario, pues hasta ese momento siempre había trabajado junto a su padre Pietro. La obra estuvo originalmente ubicada en el palacio Aldobrandini, actual Galería Doria Pamphili, donde aparece inventariada por última vez en 1710, tras lo cual se pierde su pista.

El historiador llegó al descubrimiento estudiando la actividad en el Véneto del escultor genovés Filippo Parodi. A Pierre Puget, uno de los artistas de referencia de Parodi, se atribuía el San Sebastián de Jouy-en-Josas. Cuando Clemente observó la escultura releyó los documentos publicados en 2001 sobre Bernini y comprobó que la descripción tenía sorprendentes correspondencias con el santo francés: labrado en mármol, atado a un tronco, con armadura a sus pies, ocho palmos aproximados de altura, etcétera.

Después de un año de trabajo autofinanciado, el estudioso pudo declarar oficialmente que la figura de Jouy-en-Josas es sin duda de Gian Lorenzo Bernini. Clemente cree que la obra llegó a Francia cuando Napoleón Bonaparte confiscó los bienes de las familias que lo habían traicionado, caso de los Borbones, entre los cuales se encontraban descendientes de los Aldobrandini que tenían posesiones en Francia.

El San Sebastián está documentado en la iglesia solamente desde 1836. Ese mismo año un cura intentó vender la estatua, pero se lo impidieron. Ahora Clemente está siguiendo los trámites en Francia para proceder a su restauración, luego seguirá un libro sobre las circunstancias del hallazgo, y con suerte, una exposición en Italia para presentar este excepcional descubrimiento al público y a los estudiosos.

Podemos relacionar la pieza de Jouy-en-Josas con la escultura en mármol sobre tema que se conserva hoy en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Esta obra, ideada a un tamaño inferior al natural, representa un momento previo a la llegada de Santa Irene, cuando los verdugos habían abandonado el lugar de la ejecución y el santo, tras ser asaetado, agoniza lentamente. Esta obra fue una adquisición o un encargo del cardenal Maffeo Barberini, benefactor del artista y papa desde 1623 con el nombre de Urbano VIII. Permaneció entre los bienes de la familia Barberini hasta 1935, cuando fue adquirida a sus herederos por Heinrich Thyssen (1875-1947), primer barón Thyssen-Bornemisza, para su colección, instalada en aquel entonces en Villa Favorita (Lugano).

 

 

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