NUEVA OBRA DE MANUEL BAUTISTA GAMAZA

25/03/2025


 

 

El joven artista trata el tema de Cristo Cautivo, o más bien del Ecce Homo (Presentación al Pueblo). Está realizado en terracota policromada al óleo, con postizos de pelo natural en ambos párpados. Mide 72 cm de altura sin contar la peana, que ha sido acabada con un marmolizado tipo damero verde y blanco.

En esta imagen el autor no se queda en el prototipo del típico Cautivo, sino que la lleva más a su terreno, poniendo más énfasis en las emociones de Jesús, caso de la resignación divina como cordero manso que se entrega por el pueblo -de ahí la serenidad, la inclinación de su cabeza y su mirada baja- o la pureza y la inocencia del reo, reflejada en su lozanía estética y belleza de alma pura como símbolo de su unión a Dios Padre.

Estéticamente crea una obra para la contemplación interna, con la que el fiel puede dialogar y sentir compasión y ternura al mirarlo así, alzado y doliente, combinando el sufrimiento y la dulzura y yendo hasta el final de su entrega por amor al pueblo. Para atraer esa ternura lo presenta con extrema juventud, que no es recurso nuevo en la representación de Cristo en la historia del arte, con reminiscencias a varias obras italianas del Renacimiento -como los bustos de Verrocchio o el crucificado de Sangallo- o algunos cristos granadinos de la familia Mora. También la policromía es típica de la Escuela granadina de escultura, sobre todo a la hora de recrear laceraciones y moratones.

Tiene como destino la provincia de Sevilla. Para contrarrestar el intimismo, la aceptación y la calma del gesto, y unir este Ecce Homo al ciclo pasionista de Jesús, se han acentuado en el cuerpo las heridas y regueros de sangre, propias de una iconografía que muestra los instantes posteriores a los azotes y la coronación de espinas.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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